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Digital Cultures Lab Research

These pages will display research outcomes and ongoing investigations inspired by the 2005 international DIGITAL CULTURES LAB in DANCE TECHNOLOGIES. Click on the number sequence at the bottom.

The workshop outcomes and commentaries are organized in the same sequential manner as the various research workshops and paths created at the Digital Cultures Laboratory. These workshops and paths, with reference bibliographies and 'libraries,' can be found under our main headers:

S T R U C T U R E . O F . W O R K S H O P S

R E F E R E N C E S

R E S E A R C H . L I B R A R Y

Ethnographic Publication Site

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Después de la Etnometodología

por Abdel Hernández San Juan

 

6- Las Imágenes Reminiscentes en Jacobo Borges

 

Jacobo Borges como epitome en sí misma, ha sido representante por varias décadas del expresionismo venezolano, su obra plástica se fue moviendo desde un expresionismo figurativo hacia posteriormente una inclinación a su modo Beuysiana –como fue el caso en su obra “El Diluvio” por medio de la cual hizo un comentario plástico al tema bíblico entendido en sentido literario, me refiero a una exposición presentada primero en Austria, Internationale Sommevacademie Fur Bildende Kunst in Salzburg y luego en el Museo de Arte Jacobo Borges, si bien en mi consideración su mejor expresión como obra es la que se logró en el catálogo que Jacobo me mostró en New York durante un viaje mío en años recientes. Sus pinturas recientes se han movido hacia una nueva línea.


Dos encuentros, uno en New York en su estudio y el otro en su estudio en Caracas durante una invitación que me hiciera su museo de arte en 1998 me facilitan discutir sus obras remitiéndome también a algunas citas directas a expresiones de Jacobo para una entrevista que le realicé ese mismo año en Caracas, selecciones de algunos fragmentos relevantes.


A decir por la, a su vez amplitud y ambivalencia, el concepto de expresionismo ha dado bastante que decir, etimológicamente relacionado en su inicial acepción a la palabra “expresión”, este pareciera aludir a todo el campo de la expresión en tanto toda forma de comunicar supone una forma de expresar y toda forma de expresar trae implícita alguna forma de comunicar. En las artes plásticas, sin embargo, el concepto de expresionismo se ha visto directamente relacionado a un tipo de estética en la que prevalece, bien sea por el modo de pintar el rostro y las expresiones corporales, o bien por el modo de tratar elementos y formas, el aflorar a la expresión de algún sentimiento, así como de los llamados estados de las personas, alegría, tristeza, perplejidad, asombro, felicidad, nostalgia, en algunos casos como cualidades emotivas conferidas a los objetos, mustiedad, etc., entre otros adjetivos.


El expresionismo en las artes ha tenido así una tónica de propensión narrativa según la cual los seres, al estar provistos de referencias a sus estados, aparecen remitidos a esos mundos en los que tales sentimientos pueden ser experienciados, imágenes que requieren, bien sea porque el artista mismo provee los elementos contextualizadores a través de denotaciones referenciales, o bien sea por el título o la tipicidad de la obra—una representación acorde a una narrativa, usualmente basadas en adjetivos, formas adjetivales que acentúan los estados antes mencionados. Según esta inclinación toda imagen supone algún nivel narrativo, el tratamiento de temas socialmente tipificados, en alusión a tipicidades sociales—tales o cuales personajes típicos---tales o cuales situaciones típicas. La obra plástica del expresionista venezolano Jacobo Borges tuvo y ha tenido algo de esta impronta expresionista. Aunque se trata en su caso de un tipo de expresionismo más bien existencialista, no dejaron de estar presentes en sus pinturas tempranas individuos trabajados desde un gestualismo facial y corporal.


Otra de las inclinaciones en la obra plástica de Jacobo Borges ha sido la de su exposición “El Diluvio” que mencionaba recientemente. La exposición de Jacobo definida por varias salas a la vez en pintura de arcilla y barro sobre lienzo como ambiente general, se peculiarizaba por la característica destreza del artista venezolano quien esta vez desarrolló la versatilidad de su lenguaje plástico extrayendo a la arcilla en sus tonalidades, en su densidad expresiva y en sus riquezas sus más amplias posibilidades. Destaca en la destreza de Jacobo en esta obra no sólo la complejidad y densidad usual a toda su pintura, sino esta vez también bastante de sus habilidades atmosféricas para hacer de las tonalidades de la arcilla un universo alusivo a ambientes que sugieren algo del mundo del llamado Bajareque, técnica tradicional en la casa venezolana, consistente en hermosas paredes arcillosas, conformadas por ladrillos hechos en barro y anudados con ramillas, raicillas y otros elementos que se combinan; técnicas de satinación del Bajareque previas al estucado.


El modo de tratar la arcilla satinada, de explorar su porosidad, de trabajar sus accidentes arenosos y de aprovechar para el lenguaje plástico las impurezas mismas que el material supone en su proveniencia natural, aluden directamente al tipo de estética del Bajarque e incluso evocan algo que se torna hacia, en gran parte de la obra, un tipo de lirismo. El concepto mismo de lirismo es uno amplio que podría incluir lo mismo el lirismo hacia formas de la tradición Venezolana obvio en estas telas y ambientes,--en ocasiones una pared enteramente entelada y trabajada en arcilla puede tener frente al espectador sobre el suelo como fragmentos de tela con mecatillos y semillas trabajados con estas arcillas de tonos-- como también expresiones líricas muy diferentes como son los paisajes de Manuel Espinosa. El trabajo de la arcilla enriquecida por Jacobo en esta obra incluye no sólo mecatillos embadurnados, semillas y hojas secas, casi todos alusivos a la naturaleza Venezolana, sino también --como elemento pigmentario-- ramas de árboles y trozos de tela trabajados a distintos planos y diferentes niveles de cocido en arcilla, por momentos más espeso tornándose hacia el color de la tierra y por momentos más liviano tornándose hacia un tierra suave cercano al ocre.


La relación entre humedad y secado dan a esta obra de Jacobo-incluso cuando pueda estar literalmente seca—un tipo de efectos que, como obra plástica, bidimensión espacializada—deviene en un tipo de acusticismo telúrico, una estética plástica alusiva a universos acústicos en los que la imagen que uno ve pareciera venir acompañada por música aún cuando esta no haya sido utilizada literalmente en la obra, universos acústicos, sin embargo, en los que el sonido no ha sido aun transformado propiamente en voz, en dialecto o en idiolecto, algo que pienso tiene que ver con el hecho de que su obra es no sólo un comentario a las pinturas clásicas del pintor renacentista Jacopo Bassano, cuatro pinturas comisionadas por Salzburg Archbishop Wolf Dietrich Von Raitenan sobre el motivo literario en la Biblia, sino en cierto modo su propia forma de evocar el tipo de universo que se describe en la Biblia sobre el tema del diluvio y el arca, definido por cosas que no están o de las cuales quedan reminiscencias.


En lugar de la voz articulada, en este tipo de acusticismo telúrico se trata de la poetización reminiscente de la relación entre un sonido general que puede ser cálido o sórdido. Este acusticismo telúrico habla de un lugar desabitado en el que, sin embargo, ha quedado la tierra como el elemento a la vez de cosecha y reproducción, de esperanza y de aliento, así como también en su propia ambigüedad la desolación en toda la sordidez que es propia de aquello que el diluvio mismo dejó, algo que el artista remite en la última parte de la obra con cientos de cabezas de muñecas situadas en hileras sobre el piso. No sólo aquella obra de Jacobo, muy bien recreada en el catálogo donde se puede ver no sólo el ambiente de varias salas que los espectadores pueden recorrer, sino también bastante del proceso en que fue hecha la obra, dibujos y gráficos hechos por el artista durante la preparación de la obra para llevarla a Holanda, imágenes de sus diferentes presentaciones en Austria y Venezuela, así como también sus apuntes y reflexiones sobre las pinturas de Jacopo las cuales comentaba inicialmente.


Mientras aquella obra parecía inclinarse hacia esta suerte de universo telúrico de grandes dimensiones poéticas, las pinturas más recientes del artista parecen corresponderse con algo que recientemente he teorizado discutiendo artistas como Kieffer, el tipo de abstraccionismo desarrollado en este, así como en general discutiendo teóricamente problemas propios a los principios del collage, la tendencia a pintar no ya citando a otros artistas plásticos, ora como citas a fragmentos de cuadros en aquellos, ora como alusiones a ademanes o maneras, sino más bien un tipo de pintura en la que no se ve cual es el referente comentado, parodiado o citado intertextualmente, sino que este está implícito como en el collage.


El artista pinta una obra no como si citara, tampoco como si se trajera diferentes modos de pintar reconocibles en el mundo del arte y los disolviera en el suyo propio, sino más bien como si diferentes formas en las que el mismo pinta, pero las cuales se correspondencia con cuadros y pinturas diferentes, estuvieran reunidas formando un mismo cuadro, un cuadro que podría estar hecho como por fragmentos de varios cuadros suyos. El concepto de reminiscencias es uno significativo para discutir bastante de lo que ocurre al lenguaje pictórico y plástico en una buena parte del trabajo más reciente de Jacobo Borges. Una reminiscencia es una memoria externa, un tipo de memoria que no se corresponde tanto con el recuerdo como este se da en la memoria secuencial y en la episódica, incluso tampoco en la memoria corporal, a la que recurre el hombre para recordar por sí mismo determinados pasajes o experiencias, sino que es una suerte de memoria de la imagen, una memoria de la cosa.


Hablamos de algo reminiscente para referirnos a una memoria de la cosa que se presenta como memoria de la cosa en sí misma, que remite inmediatamente a la imagen de la memoria y no a la memoria en sí misma. En la reminiscencia lo que se presenta ante nosotros en el objeto, en el espacio o en la superficie que nos resulta reminiscente, es un tipo de imagen que recuerda esa que tenemos de la memoria, pero, como decía, es la memoria de la cosa y en la cosa, la materialidad, el efecto del tiempo y el desgaste sobre una superficie, etc, si bien lo que está presente lo está como lo que queda.


No es, sin embargo, lo que queda como el resto, o como el excedente, porque tanto el resto como el excedente son un exceso de lo que no está presente, sino más bien su reminiscente, algo entreverado que podemos percibir a través de lo que está presente en sus formas antiguas, cómo fue, cómo había o habría sido. Es reminiscente porque no vemos en la imagen que tenemos ante nosotros todos los planos exactos de lo que fue, pero se trasluce, queda como reminiscencias y esto deviene poético, poetiza el tiempo, la dimensión temporal expresada en la fenomenología de la cosa.


En la reminiscencia pareciera estarse en contacto de un modo bastante completo con aquello que la imagen reminiscente evoca, aun cuando ese todo sólo lo esté en la forma reminiscente. No diría, obviamente que en las obras de Jacobo, por ejemplo, en su pieza “El Diluvio” se tratara de un reminiscente sobre aquello que la obra refiere en su comentario al motivo literario en la Biblia, que sólo le sirvió como inspiración literaria, sino que antes bien la reminiscencia en esta obra funciona como la figura poética por medio de la cual se da lo poético en la pieza.


El concepto de reminiscencia también podría incluso mencionarse para referir no ya “El Diluvio” que es una obra poética en la que hay tantos elementos que podrían literarizarse como reminiscencias, el sonido como reminiscente, la imagen como reminiscente, la arcilla como reminiscente, los materiales y la densidad pictórica como reminiscente, sino también este efecto al que me refiero en sus nuevas pinturas, lo que ocurre a la relación entre un fragmento y otro en esta suerte de efecto collage sin collage, la reminiscencia a elementos de su propia pintura cuando estas –percibiendo un sólo cuadro—dan ese efecto de parecer pinturas hechas con varias pinturas del mismo artista, es como si varios modos del pintar del mismo artista se aludieran unos a otro en sus reminiscencias.

Workshop outcomes and further resarch developments in dance technologies continue here

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coordinated by Johannes Birringer (London)

 

 

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