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          Después de la Etnometodología 
          
          por Abdel Hernández San Juan
           
          1. Después de la Etnometodología 
           (english version: 1- After Ethnomethodology)
          
            La palabra "etnometodología", el concepto como tal, 
            puede resultar ambiguo ya que, de hecho, a diferencia de su significado 
            en la ciencia, este incluye la palabra "etno", que podría 
            remitir a "etnos". Explicaré a modo sucinto en qué 
            sentido hablo de este concepto y discutiré lo que llamo un 
            después de, en los dos sentidos apuntados. Qué es la 
            etnometododología y qué significo por un Después 
            de la Etnometodología en ambos sentidos, como después 
            que aquella tuvo lugar y como un más allá de la etnometodología. 
            El interés de la etnometodología es que en ella no se 
            define hacia dónde y en qué sentidos puede una metodología 
            propiamente moverse, definimos que una investigación puede 
            moverse en tantas direcciones como problemas específicos puedan 
            ser los de investigación, este es su más importante 
            interés, el hecho de que precisamos la relación a los 
            conceptos de "problema", que una teoría se elabora 
            y desarrolla alrededor de un problema específico y que sólo 
            alrededor de ese problema específico encuentra su propio impulso, 
            su propia dinámica en un sentido o en otro.
          
            Ponemos los problemas metodológicos en el primer plano. El 
            concepto de problema, claro está, se refiere en primer lugar 
            al problema que uno mismo se plantea como investigador, en tanto definido 
            como un problema de investigación. El segundo aspecto es el 
            hecho de que entendemos por etnometodología, una inclinación 
            en la sociología, que derivó originalmente de la previa 
            separación entre las esféras que competen a la persona, 
            el individuo y su vida personal, las que se relacionan a la sociedad 
            y las que se refieren a la cultura. Significamos por ello que en el 
            ámbito de la persona, el individuo,los aspectos que tienen 
            que ver con lo social pueden y tienen que ser analizados en relación 
            a la persona como algo autónomo con su mundo propio y privado, 
            una autonomía que principia en su universo personal y donde 
            los asuntos relativos a lo que puede ser de interés a este 
            nivel, están relacionados al hecho de que esta se forma y se 
            desarrolla desde un proceso gradual de diferenciación el cual 
            comienza en su niñez donde aprende su identidad a través 
            de la diferenciación de si mismo en el mundo de los objetos 
            que lo rodean y de las personas que lo rodean, aprende un lenguaje 
            así como entiende que sus expresiones vienen desde el sí 
            mismo hacia la socialización.
          
            Fue preciso antes establecer que la persona y la personalidad constituyen 
            un mundo autónomo durante toda la vida del individuo independientemente 
            de cómo este se relacione con la sociedad y la cultura. También 
            suponemos que la actividad social de ese individuo, sus relaciones 
            de trabajo, su vida laboral, sus relaciones a la vida de la comunidad 
            y la sociedad, las cosas suyas que da a conocer, las contribuciones 
            y aportes que realiza a estas, tienen también su propia autonomía 
            como algo social, independientemente de la cultura. También 
            suponemos que la cultura es en sí un mundo autónomo. 
            De lo anterior deriva que para la etnometodología, a diferencia 
            de otras inclinaciones en las ciencias del hombre, este no es tomado 
            como un objeto de estudio. Lo anterior pudiera hacer pensar en que 
            el hombre no es Cognoscible por sí mismo o no sería 
            deseable que el hombre deviniera objeto de estudio del hombre.
          
            No se trata de ello, consideramos que el hombre es cognoscente, pero 
            la Actitud del hombre hacia el hombre implícita en el estudio 
            del hombre por el hombre, se modifica adquiriendo respeto del hombre 
            hacia el hombre. No aseveramos algo sobre determinados hombres tomados 
            como objeto de estudio, sino que consideramos lo que estos hombres 
            dicen sobre sí mismos en lo que decimos acerca de ellos. Consideramos 
            que podemos estudiar al hombre no solamente por lo que en torno suyo 
            podamos decir, sino también por lo que son sus creaciones, 
            los objetos y artefactos que constituyen su cultura material. Ahora 
            bien, lo anterior podría hacer pensar que sólo hay etnometodología 
            allí donde escribimos sobre esa cultura material, como pueden 
            ser, por ejemplo, los estudios sobre esos artefactos que el hombre 
            produce, pero en la etnometodología como tal nos referimos 
            a un problema metodológico y de teoría del conocimiento 
            que no puede ser reducida a una u otra forma.
          
            La etnometodología no es fenomenología, ni psicología 
            de la percepción. El otro problema de interés -y que 
            diferencia esta de otras inclinaciones-es que en ella prestamos atención 
            hacia los problemas mismos de definición de la investigación 
            y las formas de elaboración de las preguntas haciendo de ambos, 
            creación de problemas de investigación y elaboración 
            de preguntas, un asunto de gran interés. Ello podría 
            hacer pensar en una relación entre etnometodología y 
            empirismo en el sentido por ejemplo en que un autor como Mario Bunge 
            entendió el empirismo o incluso en los sentidos en que en general 
            el empirismo ha sido entendido.
          
            Es obvio que para toda ciencia la dimensión empírica 
            es una parte de esta, pero ello no significa que esta sea propiamente 
            empiricismo en el sentido de una orientación tendencial o una 
            forma de la ciencia. En la etnometodología interesan las elaboraciones 
            de preguntas y problemas por el hecho de que la creación de 
            conocimiento deviene en sí misma un objeto de interés, 
            ello porque pensamos que hablar sobre la creación de conocimiento 
            haciendo de la teoría misma un objeto de la teoría y 
            discutir sobre problemas y objetos de estudios es algo intrínsecamente 
            relacionado y de importancia para el conocimiento pudiendo devenir 
            en una esfera autónoma de estudios e investigaciones.
          
            En la etnometodología pensamos que, dado que las metodologías 
            deben definirse en relación con los problemas específicos 
            de investigación, la teoría misma tiene que irse moviendo 
            lo cual trae como consecuencia una teoría de las relaciones 
            entre teoría y performance. En el análisis de ciertos 
            problemas, por ejemplo, como discutía Erwing Goffman, se requiere 
            del análisis enmarcado, que es un tipo de análisis en 
            el que tenemos como problemática el hecho de que estamos hablando 
            de una unidad discreta que tiene unas medidas y duración temporal 
            corta, como puede ser una obra de arte, desde algún tipo de 
            artefacto hasta una película. También tenemos análisis 
            enmarcados cuando estamos analizando un problema específico. 
            Pero no todos los problemas podemos discutirlos según análisis 
            enmarcados. Los estudios por ejemplo que presuponen la crítica 
            a significados que ya han sido asignados a determinadas prácticas 
            o discursos, no pueden ser análisis enmarcados pues en
            ellos tenemos que situar otros discursos que a su vez son llamados 
            al texto para ser desglosados y discutidos a la vez que suponen un 
            contrapunto crítico. Como el análisis enmarcado, el 
            contrapunto crítico tampoco funciona para todos los casos. 
          
          
            Trabajamos el contrapunto crítico como una modalidad efectiva 
            en el caso de investigaciones sobre significados que han sido asignados 
            a determinadas cosas, pongamos por caso, cuando analizamos el hecho 
            de que las representaciones que hay sobre determinados fenómenos 
            deben ser criticadas precisamente en términos de una crítica 
            a los modos en que esas representaciones se han impuesto como tales. 
            El interés en problemas donde la creación de conocimiento 
            deviene el objeto de atención, podría hacer pensar en 
            una relación entre etnometodología y los problemas que 
            se plantearon a ciencias como la física y la biología 
            en el contexto de sus orientaciones hacia la teoría de la incertidumbre 
            y la complejidad cuando los físicos pensaron que el observador 
            era determinante en lo observado y abogaron por su relatividad, la 
            relación podría entenderse desde la epistemología, 
            pero en la crítica contemporánea, ello podría 
            ser motivo de confusiones.
          
            Para los físicos de aquella orientación en la cuestión 
            de llamar la atención sobre el observador se trataba del asunto 
            de si sus teorías eran más o menos subjetivas, algo 
            que tuvieron en su contra tan pronto se los vió como posibles 
            idealistas. El problema de la etnometodología en el interés 
            hacia la creación de conocimiento no es el de relativizar el 
            conocimiento según la subjetividad del observador hacia aquello 
            que estudia, sino el de hacer de la creación misma de conocimiento 
            un objeto de análisis. También suponemos que por esa 
            relación a los problemas específicos tenemos intervalos 
            de creación de discurso e intervalos de investigación 
            de campo aunque este sea trabajo de mesa, así como una infinidad 
            de posibilidades entre las figuras del discurso enunciativo que desarrollamos 
            en el crear teorías propias y los problemas que tienen que 
            ver con el lugar y los lugares, el sujeto situado y en situación, 
            in situ o cambiando constantemente, el discurso del
            decurso y el decurso del discurso, un sentido en el que, como parte 
            de la relación situada entre el modo del teorizar y lo teorizado, 
            en el hablar del análisis hacemos inclusivo al modo mismo, 
            una figura del hablar de ese análisis en los géneros 
            del discurso, material proveniente de la relación específica 
            que desde el conocimiento establecemos con ese problema concreto y 
            de nosotros frente a él.
          
            Antes del discurso y el decurso, tenemos el problema de una forma 
            de posturar el conocimiento, luego las formas como hacemos inclusivo 
            el discurso del decurso y el decurso del discurso en la forma del 
            teorizar. Hay otros problemas que resultan de interés a este 
            respecto. No sólo las relaciones entre teoría y performance 
            competen a los modos de posturar y posicionar el análisis relativo 
            a los casos así como a las modalidades discursivas que resultan 
            de la propia elaboración del trabajo teórico,los géneros, 
            los modos estructurales del texto y el ensayar, sino también 
            el carácter no homogéneo y variable de lo que podemos 
            entender como trabajo de campo, la idea de que este no se puede concebir 
            como una totalidad en si aislada y escindida de la actividad intelectual, 
            por cuanto en el discurso mismo escogemos en qué sentidos, 
            según los problemas que son analizados, debemos situar las 
            referencias a contextos desde el texto.
          
            Ultimadamente, tampoco se trata de tomar a los sujetos como objetos 
            que han de ser estudiados-ver mi ensayo "el hablar del análisis". 
            Los individuos "ya estaban allí", las comunidades 
            "ya estaban allí", la teoría deviene trabajo 
            de mesa, trabajo con los documentos mismos y no viene a traer una 
            cosa exógeno que se interpone como representaciones de los 
            sujetos en tanto objetos; está destinada a su publicación. 
            Un cuestionario en la forma de un grupo de preguntas que pueden dirigirse 
            a individuos o pequeños grupos, así como estandarizarse 
            en los casos en que así lo requiera, un material objetivo de 
            tipo geográfico, un gráfico sobre sus espacios, casas, 
            habitad, etc., sobre el contexto en que determinadas personas viven, 
            todo ello no pasa de ser un material del cual aquellas partes relevantes 
            son llamadas siempre desde el ensayo que uno está haciendo 
            para publicar como "hablar del análisis".
          
            Así también diversos ensayos sobre una misma problemática 
            pueden ser hechos de modo que -dado que lo importante son los problemas 
            de investigación específicos que han sido escogidos 
            o los temas concretos que se ha decidido profundizar-en unos ensayos 
            se pueden incluir referencias directas a fragmentos de lo que un individuo 
            ha dicho como respuesta ante una o una serie de preguntas, o según 
            un criterio de tipología que pueda ofrecer en el contexto del 
            ensayo mismo y en un sentido definido desde este, un material que 
            aporte profundidad a las ideas, reflexiones, conceptos, conclusiones, 
            etc. El modo del conocimiento dentro del mundo de la vida cotidiana 
            como principio de una actividad cognoscente que se elabora y desarrolla 
            entre el día y la noche en la sucesión continúa 
            del decursar de la vida resultan en este sentido lo prioritario.
          
            El crear conocimiento dentro del mundo de la vida cotidiana, claro 
            está, deviene para uno también y en forma recurrente 
            objeto del "hablar del análisis" porque tanto interés 
            revisten las cosas que sobre la realidad y los individuos podemos 
            decir como aquellas que podemos decir sobre los modos mismos en que 
            creamos conocimiento en los mundos de la vida cotidiana, ello según 
            este principio de la sucesión del día y la noche; una 
            actividad de ciencia y vida, teoría y vida. En este sentido 
            cuestionamos las dos formas cerradas que fueron dominantes en la teoría 
            y la ciencia del siglo XX, o bien las teorías no consideraban 
            la situación en que creamos teorías haciendo de esta 
            un objeto de ella, o implemente cuando esta devenía objeto 
            de sí misma lo hacía como una teoría sobre el 
            intelectual en relación al poder, algo que terminaba empobreciendo 
            la relación del teorizar a lo vital, consumiéndolo en 
            su relación al poder.
          
            Para una crítica pormenorizada sobre cómo las teorías 
            y discursos de la >ciencia deben ser objeto de esta y en qué 
            sentido. Partimos de una visión distinta. Quisiera referirme 
            en este sentido a la ética que viene a ser el eje central sobre 
            el cual se mueven estas consideraciones. El concepto de "etnometodología" 
            podría prestarse a ambiguedades del lado de aquellos que al 
            escuchar la palabra "etnos", la relacionan inmediatamente 
            a étnico, relativo a etnicidad y, por lo tanto, desligado de 
            la sociología y los deslindes que --mencionaba luego--,han 
            sido necesarios para lo que rigurosamente llamamos "etnometodología", 
            una forma de la sociología que supone una separación 
            entre la persona, la sociedad y la cultura, en la cual procedemos 
            según un vaivén desde self- hacia lo social y a la inversa 
            sin traer en cualquier forma lo cultural a lo personal, lo personal 
            a lo cultural, lo social a lo cultural, lo cultura a lo social; y 
            así sucesivamente.
          
            El concepto de "etnos", por lo tanto, que principia en el 
            inicio de la >palabra, "etno-metodología", se 
            refiere aquí a la relación entre "ethnos" 
            y >"ethica". Que es la ética sino aquel concepto 
            que se refiere a una >relación, a cómo nos relacionamos 
            y a cómo relacionamos las cosas y las >relaciones entre 
            estas?: ética, procedimiento, modo, forma. El otro aspecto 
            de interés es que el concepto de "ethno" vino a ser 
            la entrada presentadora de la palabra "metodología" 
            precisamente porque se trata de llamar la atención sobre una 
            modalidad del análisis que no es un "ismo", como 
            lo fueron el empiricismo, el positivismo, el estructuralismo, el postestruturalismo, 
            el funcionalismo y otros tantos "ismos", sino que es esencialmente 
            la restitución y la revocación de la "metodología" 
            -metodología y ética-así como de su ascenso al 
            nivel de ciencia.
          
            La metodología deja así de ser un instrumento manipulable 
            desde una exterioridad otra para ser el lugar desde el cual se postura 
            el conocimiento. Después de la etnometodología precisamos, 
            independientemente del "si mismo del yo" -el hecho de que 
            uno es "uno mismo" en su "yo" y en la coincidencia 
            "con uno mismo en uno mismo"--una separación entre 
            el "yo" y el "sí mismo", pues requerimos 
            también del concepto del "sí mismo" en tanto 
            este puede ser el "sí mismo" de una "cosa", 
            una "frase", un "párrafo", una secuencia 
            de "enunciados" y "contraenunciados", el "sí 
            mismo" de un objeto. No podríamos, de hecho, corregir 
            la redacción y la gramática de un párrafo si 
            no lo hiciéremos en arreglo a su "sí mismo", 
            tendríamos que >cambiarlo por otro párrafo y no sería 
            ya "ese mismo", no podríamos referimos a los hablantes 
            en una situación de "enunciación" si no lo 
            hiciéremos en correspondencia con lo que hablan en "sí 
            mismo", esa conversación en "sí misma", 
            ni podríamos
            tampoco referirnos a un "objeto", bien sea este un "objeto 
            de estudio" tal como lo definimos en tanto "problema de 
            investigación", o simplemente un "objeto ordinario", 
            si no lo hacemos en arreglo a su "sí mismo", a ese 
            "objeto de estudio", a ese "objeto ordinario".
          
            Dado que el "sí mismo" de la cosa no se refiere al 
            "sí mismo" de "uno mismo", entonces inferimos, 
            en nuestro análisis de esta su propio "sí mismo" 
            según sean las características, si se corresponden con 
            aspectos de lenguaje discursivo", de "comunicación 
            intersubjetiva", "de fisicalidad", etc. Para uno como 
            analista la definición de ese otro "sí mismo" 
            supone entonces el concepto de "otrización del sí 
            mismo", el "sí mismo" como "lo otro en 
            sí mismo" cuya otredad le viene dada desde la posición 
            del conocimiento. Ahora bien, la problemática de la "otredad 
            del sí mismo", en la medida en que supone el "si 
            mismo" de la cosa, podría hacer pensar en problemas de 
            "ontología", si tratamos del "sí mismo" 
            de la cosa suponemos entonces tratar sobre su "ontología".
          
            No es así. Discutiré en este punto la diferencia determinante 
            que, después de la etnometodología, suponemos científicamente, 
            como lo propio >del análisis post-etnometodológico 
            a diferencia, por un lado, de la "ontología" y la 
            "filosofía del ser", que sería aquella que 
            se ocuparía del "en sí" del "ser" 
            y de "la cosa" -Heiddenger--, por otro lado, del "inmanentismo 
            ontolólogico" -Deleuze-que en despedida al problema del 
            "en sí del ser" como "ser existencial" 
            y del "en sí de la cosa" como problemática 
            del "ser en el mundo", quiere hablar de la ontología 
            de la cosa según su propio "ontos", en correspodencia 
            a su "ontos" y no al "ontos" del "ser" 
            que fue lo que derivó en el fiscalismo, el matematismo y el 
            algebrismo como el tipo de "fenomenologismo Deleuziano", 
            y, finalmente, de la "fenomenología" y la "psicología 
            perceptiva".
          
            Deleuze requirió remitirse a la fenomenología para despejar 
            su teoría. Sin embargo, como en la "gramatología" 
            que sigue apegada al "ontos" de la cosa, su teoría 
            deviene en todo tipo de desplazamientos que van desde las mesetas, 
            pasando por los paisajes hasta las cartografías. Su teoría 
            suponía en su movimiento un estar apegado al "ontos", 
            buscaba corresponderse con todas las figuras que pudieran emerger 
            de entre el "ontos del ser" y el "ontos de las cosas". 
            Discursar "según la cosa" --un concepto de importancia 
            para el hablar del análisis--no se corresponde ya, sin embargo, 
            con la forma que en Deleuze anda según el "ontos" 
            y, por lo tanto, en arreglo a "su devenir", aunque este 
            "devenir" sea otro que el del "ser", su teoría 
            estaba apresurada en esas figuras que iba encontrando. El interés 
            en la etnometodología y más allá de esta es otro, 
            va por un camino diferente. Podemos discursar según "la 
            cosa", pero el "sí mismo" de "la cosa" 
            no se corresponde ya con un "ontos" que sería el 
            de su "inmanencia", no es una elaboración de figuras 
            que se corresponden con una "inmanencia otra" la cual haría 
            inmanencia en el "sí mismo" de "la cosa" 
            lanzándola más allá de "sí misma" 
            según el "movimiento otro" de "otra inmanencia" 
            que la mueve. Por eso hablamos de la "otrización del sí 
            mismo", lo "otro en sí mismo", en su "sí 
            mismo", el análisis deviene "objetivo".
          
            Hablamos de la "objetividad del conocimiento" y del análisis 
            precisamente porque otrizamos el "sí mismo". Lo objetivamos. 
            El concepto de "objetivación" o "análisis 
            objetivante", engloba entonces, desde la teoría del conocimiento, 
            al concepto mismo de "objetividad". No en toda teoría 
            de la "objetividad" y de la "objetivación" 
            se ha requerido de la "otrización del sí mismo", 
            entre otras cosas porque por mucho tiempo las teorías auto-llamadas 
            "objetivas" se creyeron estar por encima de la "situación 
            de los hablantes" y por encima del "entendimiento de los 
            individuos" y las cosas en el mundo de la "comunidad lingüística". 
            El interés en la etnometodología es que para la "objetivación", 
            para lo que entendemos como propiamente "objetivo", consideramos 
            también la posición del cognoscente, su "posición" 
            y su "postura", así como hacemos "la cuestión 
            ética" subyacente a "la relación" en 
            parte del "conocimiento", tornando muchas veces el conocimiento 
            mismo objeto del conocimiento y otras veces, simplemente, posturando 
            el análisis según nuestra relación a "la 
            cosa". Por eso decimos que el interés de la etnometodología 
            es que es una "metodología", no se corresponde ya 
            ni con un "ontos", ni con lo "deontico", porque 
            su problema no discierne entre el "devenir en general", 
            "el devenir de la cosa", "el devenir del ser", 
            ni con la "casilla vacía" que quedaría del 
            otro lado de esos "devenires" como "sus nadas" 
            o "la nada".
          
            Si otrizamos el "sí mismo", comenzando por la otrización 
            de nosotros mismos cuando se toma distancia de uno mismo, es porque 
            consideramos que para asumirnos bien sea en la distancia hacia nosotros 
            mismos o bien como "lo otro en sí mismo" hay que 
            precisarlo éticamente en tanto tal desde la posición 
            del conocimiento y no como si su "sí mismo" le llegara 
            desde otro lugar que no fuera la comunidad lingüística. 
            La otrización del "si mismo" contempla, sin embargo, 
            otros problemas. En la etnometodología, a diferencia de la 
            psicología, nos referimos a "individuos", "sujetos" 
            y "cosas" que "están en sus sí mismos". 
            Analizamos "el hombre normal" en condiciones normales. Ello 
            es parte determinante en la ética etnometodológica y 
            >post-etnometodológíca, hablamos del "hombre 
            normal" y nos interesa lo que este hombre dice sobre "sí 
            mismo". No creamos una teoría que mira al hombre desde 
            "una exterioridad otra" como a sus espaldas. No todo el 
            objetivismo es ético, por eso pensamos que la teoría 
            de la objetividad debe ser parte de la teoría de la objetivación. 
            En la objetivación la actividad objetivante contempla al hombre 
            llamado "en su lenguaje", "en su experiencia", 
            "en sus valores", "en sus realidades".