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Digital Cultures Lab Research

These pages will display research outcomes and ongoing investigations inspired by the 2005 international DIGITAL CULTURES LAB in DANCE TECHNOLOGIES. Click on the number sequence at the bottom.

The workshop outcomes and commentaries are organized in the same sequential manner as the various research workshops and paths created at the Digital Cultures Laboratory. These workshops and paths, with reference bibliographies and 'libraries,' can be found under our main headers:

S T R U C T U R E . O F . W O R K S H O P S

R E F E R E N C E S

R E S E A R C H . L I B R A R Y

 

El Presentacional Lingüístico

por Abdel Hernández San Juan

 

 

Part 1 Part 2 Part 3


Confines del Estrato


El presente ensayo será aquel en cuyo cuerpo escritural y en sus despejes desenvuelva, a la vez como su propio horizonte, su tema, y como modo de referencia, las forma en que en ambos sentidos—hermeneuticamente despejados—científico y estético-literario, —esos horizontes los he desenvuelto y han trabajado, esto que en el concepto mismo que defino como confines del estrato, supone aquello que va presentándose no de una sola vez y en una sola forma a la presencia, a la superficie, sino gradualmente y según una relación de correspondencia entre despejes, conceptos, términos, creaciones que a lo largo de su escritura, la escritura que en este libro ha sido para mi una fascinante a la vez composición y creación, el lector podrá disfrutar a su propio modo. Se tambien, que la comunicación de esta originalidad e innovaciones, conforma una certitud dentro de lo que llamamos la alta teoría dura en la actualidad, mis coetáneos, Derrida, Habermas, Faubiam, Tyler. En nuestro campo, para el bien de nuestro amor al conocimiento, las obras científicas que conforman despejes imprescindibles las reconocemos con senciléz sin los egoísmos propios al arte. El estrato –despejado como la forma de esta gradualidad hermeneutica-,será así la figura científica a cuyos confines dejaré abierta esta certitud.


Si hubiere uno o unos confines para el estrato este breve ensayo –en sí mismo y en lo que le relaciona a este librito, El Presentacional Lingúistico--, en lo que él mismo sugiere respecto al movimiento que los restantes ensayos ofrecen desde si mismos a este librito en su totalidad--, estaría consagrado a escribir esos confines, a definir el lenguaje donde en los esterlores de esos confines el estrato se dejare no ya sólo escribir—si acaso el estrato mismo como figura fuere algo escribible—acaso antes bien estimaría más preciso no ya la idea de una escritura sobre y del estrato en sus confines sino antes bien la posibilidad misma de dar lenguaje respecto a eso que podemos entender como estrato. Mas allá de la ilusión estratigráfica según la cual las imágenes del estrato se presentan como espacios de profundidad, entenderemos el estrato como lo que en sí mismo no se presenta de una vez y en una sola forma a la superficie, sino que se encuentra, por decirlo en algun modo, estratificado, es decir, que supone una serie de sentidos los cuales se irán presentando, llegando a la presencia, y al lenguaje, estratificadamente, es decir por niveles de explicitación sucesivos, capaz que se moverán desde unos planos de explicitación los cuales se encontrarían en la superficie, hacia otros menos explícitos, y los cuales se irían correspondiendo a la presencia, fenoménicamente, en forma gradual.


Esta gradualidad del estrato, de lo que está estratificado, y de lo que por lo mismo se iría presentado según el lenguaje progresivamente, no sería, sin embargo, la de un movimiento el cual según alguna inmanencia que le fuera ella misma consustancial al estrato en sí mismo, iría ella misma apareciendo, sino que se trata más bien de un proceso de puesta en forma y lenguaje el cual por si mismo—relacionado al ensayo y la escritura, al trabajo mismo de merodeo y vaivén de la exegesis—iría, si se quiere, dando con distintos momentos, aspectos, niveles, diríamos por último, distintas cápaz de esa presencia estratificada, de esa latencia, si pudiéramos decirle así, que se dejaría escribir y la cual estaría en cierto modo expresada en esos diferentes planos, pero que el lenguaje irá presentando sólo poco a poco. El ensayo sería así el mismo aquel en cuya escritura respecto a la totalidad de este libro como obra, tendrían lugar ambas cosas, de un lado, la puesta en el lenguaje de esa imagen del estrato respecto al cual versará como ensayo, su tema, su horizonte, teorizar el estrato, mientras se ofrecería también a sí mismo, en su propia conceptualidad experimental, como la demostración, a la vez filosófica y formal, escritural y fenoménica, de ese modo de densenvolverse el estrato que hermenéuticamente explicitan las formas de desenvolverse el espesor y la riqueza, tanto en su caudal conceptual y filosófico como literario, escritural y estilístico, esa gradualidad que he definido como lo que no se presenta de una sola vez y en una sola forma, sino en modos disímiles, versátiles.


Ocurriría así que mientras escribiría sobre el estrato muy a pesar suyo ocurrían en el cuerpo del ensayo dos cosas, de un lado, escribiría el estrato, le volveria escritura, aunque esta escritura no fuera ella misma más que una sobre la evenencialidad de esa forma suigeneris de lo que se presenta no en una forma o de una vez, sino estratificado, mientras por otro lado, ocurriría que en el filosofar mismo sobre aquel, la filosofía de esa ontología, esa ontología filosofíca del estrato debería ella misma estratificarse llegándole así el estrato a la filosofía, presentándosele a esta en su propio lenguaje, teniendo lugar a través suyo, es decir, presentándosele al ensayo, a este ensayo, en su desarrollo conceptual tanto como en su retorica. Cuando decimos que algo no tiene lenguaje, de hecho, que no le hemos dado lenguaje, que hacemos sino omitir la realidad de que no ha existido nunca alguna forma que no haya tenido o a la que no le hayamos dado algún lenguaje?. Y este será el asunto decisivo que defino para una filosofía y una crítica que respecto a los sentidos y significados contemple la comprensión del estrato, de su carácter estratificado y su conciencia critica; una filosofía que deberá ser ella misma antropológica y etnográfica en este sentido que he definido como filosofía y crítica de lenguaje.


Por el efecto de una omisión que hacemos sino definir para la escritura, para ese dar lenguaje en la escritura, esas áreas si se quiere tubias, que en cierto modo podríamos precisar como difusas, opaces, en las que sabemos ha existido algún lenguaje, cierta gramática, alguna taxonomía, cierta rugosidad, cierto ordenamiento, pero que sabemos resultan en si mismas inagotables?


Y ciertamente, bien sea que hablemos de un fenómeno estético, literario, artístico, de la cultura material y simbólica, sea que hablemos de relaciones intersubjetivas, cuando hablamos a una persona sobre sus procesos bien sean estos creativos o intelectuales, una amistad o la pareja con que buscamos compenetración sobre temas que pueden respectar a la vida interior o íntima de esa persona, o a la relación, estas requieren lenguaje?. Por eso cuando uno desarrolla una hermeneusis, una crítica de lenguaje, si esta es como mi propia critica no sólo filosófica sino también de lenguaje y sobre el lenguaje como performance, esta puede poner en el lenguaje, dar lenguaje, traer al lenguaje suscitando asentimiento en esos lectores, así mismo es, así lo siento, corrobora mi acertijo. No se trata pues tanto de un lenguaje el cual fue luego borrado donde lo que se borra viene a participar también como otra forma de la escritura.


Como en los jeroglifos, donde ha sido el tiempo físico de siglos y milenios el que ha sustraído presencia a esa imagen y escritura que vemos, se trata de algo a que no podemos llegarle sino desempolvando, averiguando como habría sido, inferimos de los fragmentos que vemos el cómo habría sido de esa forma insinuada sin poder reconstruirla en sus modos originarios. Sabemos que nunca damos con lo que fue, acaso siempre toda forma de escritura en este dar lenguaje –como en la lectura del jeroglifo--no fue acaso sino toda vez otro modo de inferir el cómo se habría dado de unos determinados fragmentos?, por el efecto utópico de una siempre hipótesis inducida en lo hayado?. Y es así que podemos escribir según el habría sido, el cómo habría sido donde no damos nunca sino con el principio mismo de la invensión y la producción del sujeto y de las culturas, de las civilizaciones incluso, de los lenguajes.


De modo que decimos que algo no tiene lenguaje como un modo de referir el hecho de que no lo haya tenido, sino para decir simplemente que a su respecto la crítica puede ser abundante e incluso inagotable, que puede requerir siempre más lenguaje, uno que nunca le agote ni clausure.


Traer al lenguaje en la escritura es así no una actividad fluctuante como pueden serlo el excedente o la plusvalía en la economía, no tanto una actividad expuesta a cierta homeóstasis pero variable, como puede serlo el mercado de valores cuya fluctuación esta provista de cierta azarocidad como en la termodinámica, calculable según probabilidades, no se corresponde con los principios del juego y la apuesta en cuyos viajes las derivas son intervalos esperados con un margen de variación estimado, sino antes bien una actividad crítica, la critica misma en la escritura como actividad, en la que suponemos ciertos temas, tópicos, asuntos, variables las cuales deben ser despejadas.


Cuando a través de la crítica, la escritura y el lenguaje se presentan no es suficiente nombrar las cosas porque sabemos bien que puede no ocurrir nada en el nombrarlas como cuando una persona no sabe explicarse o no encuentra las palabras y dice, no tengo palabras y decimos hablemos, démosle lenguaje a eso. Cuando decimos lenguaje en este sentido en que entiendo y practico la crítica no decimos que este lenguaje al que vamos a traer o que vamos a crear sea el único posible, y esto es importante, decimos simplemente que aunque sea sólo una más entre las alternativas, aunque las nuestras resulten incluso sólo una más, si ha habido lenguaje en la crítica esta no habrá ocurrido en vano. Crece el crítico que escribe, crecen los lectores todos, como crecen los hablantes cuando un tema es profundizado o como crece la pareja cuando un asunto es profundizado. La crítica debe ser así removedora del estrato y los estratos, ella debe moverlos de donde estaban y darles otro orden, debe ser introspectiva, hacer hacia la comunicación el mismo viaje que hace la introspección, llevar un asunto a un determinado lenguaje y luego traerlo hacia esa introspección a ver como ese lenguaje trabaja y en qué otros modos puede esta iluminar y mover en sentidos provechosos, productivos y clarificadores hacia nuevos confines articuladores, mostrar, además, en el mover de esos estratos, la forma en que determinados lenguajes mueven las cosas en un modo, mientras otros las mueven en otros, y saber reconocer que no en balde unos lenguaje facilitan trabajar moviendo y clarificando los asuntos en unas direcciones dadas, para las cuales otros modos de lenguaje no ofrecen alternativas, mientras esos otros pueden ofrecerlas para clarificar asuntos distintos.


Porque el lenguaje se ofrece como forma de conciencia y autoconciencia aunque su arribo a esos determinados tópicos sólo fuere provisorio, hipotético, experimental, creativo, ese viaje otro hacia la introspección es el que ofrece a cada lenguaje su espesor, su riqueza, su grano, y es el que facilita que los lectores encuentren que algo ha sido profundizado. La crítica debe así profundizar una forma, aunque esta profundidad no ocurra sino en la superficie quedando así ambos el escritor y los lectores con nuevos lenguajes con los cuales puedan hacer algo, hacia si mismos o hacia su comunicación con los otros, debe ofrecer una forma en la que las cosas sean vistas o puedan ser vistas en un nuevo modo, desde esa óptica, debe, claro, mover la luz y el estrato, los estratos, lo cual significa que en ese poner en el lenguaje despejamos variables. Puede ser una más pero si ha sido una crítica de lenguaje nunca habrá estado en vano, una vez que ella tuvo lugar, ciertos asuntos que estaban difusos tomaron algún lenguaje aunque este fuere provisorio, hipotético, experimental, resituó, movió variables, preciso certezas, proveyó razones, sugirió vías, restituyó alternativas, deconstruyó prejuicios o supuestos, mostró alternativas que trabajan. Establezco así en mis ensayos filosóficos tanto como en los críticos una relación directa al cómo habría sido—es decir, el carácter experimental de esa crítica—y la producción en ambos sentidos, la producción de escritura y la de sentidos.


No se trata tanto para mi de preguntar cómo es, porque cómo es y cómo ha sido lo sabemos, estamos de hecho atiborrados de cómo es y ha sido, sino mejor de cómo habría sido, o habría podido ser, en este modo tenemos más que decir en nuestra humilde condición como escritores. El habría sido se refiere así no a lo que fue y pudo haber sido, no es por lo tanto el habría sido de lo que quisimos y no pudo ser. No es el habría sido de algo no obtenido u obtenido en otra forma, sino el habría sido de una equidistancia, ese que requerimos para decir en el lenguaje algo respecto a una cosa que se encuentra ella misma por así decirlo entre lo que se ha presentado en un cierto modo y lo que debe ser despejado, es el habría sido de la inagotabilidad de la hermeneusis, de la producción de sentidos.


De este modo, la primera forma si se quiere superficial del estrato es aquella según la cual debemos poner en relación un cuerpo dado de significados provisorios, hipotéticos, los cuales deben relacionarse con algún acerbo de vivencias o experiencias, que pueden ser, bien los del lector, cuando se trata de un ensayo como este, una obra filosófica, literaria, de exegesis, una hermenéutica escritural generadora de sentidos y significados como esta, o puede remitir también a un determinado cuerpo de acertijos, merodeos, interpretaciones y enunciaciones. Para referirlo así con más precisión y en alusión directa a experiencias que he tenido la oportunidad de vivir. No se presenta igual la pregunta por el estrato cuando un ensayo que he escrito es publicado y leído por un lector desconocido, que para uno que conocemos. Los dos tipos de lectores resultantes, sin embargo, son necesarios y fascinantes. Esta variabilidad en que se presenta el estrato, se desenvuelve así según sea el tipo de lectores y auditóriums a los cuales estos se dirigen. Como recientemente he afirmado, no es lo mismo exponer un set de images de cinema en una pared en un museo de bellas artes donde usualmente se exponen multimedias que en un festival de video y no es lo mismo porque los diferentes auditóriums suponen la institucionalización previa de modos de la recepción que no son los mismos, o que están institucionalizados con sus propios acerbos de institucionalidad inscrita, supuestos sobre la imagen, prejuicios sobre la interpretación, supuestos sobre la técnica disímilmente secularizados en las diferentes artes.


Con más razón, mientras más relacionado está un material intelectual y teórico dado a una experiencia intersubjetiva, un material por ejemplo en que teorizo y discuto elementos del proceso creativo, más complejo e interesante se torna precisamente la relación al estrato. En sucesivas ocasiones he afirmado que un alto por ciento del material intelectual en escenas y settings que suponen procesos vivos, se pierde y que sólo la etnografía moderna y actual, la nueva etnografía urbana, resultante de los dominios teóricos que siempre han sido propios a la etnografía, el preguntar por la forma de la observación, su ética y su estética, el enfocar los preceptos sobre la forma de la retorica de ese lenguaje, etc, porque sólo la etnografía como escritura de campo hace de las formas y del auditórium y sus diferencias –del lector--, un tema en sí mismo a ser desarrollado por su relevancia para la forma del material en si mismo, el estílo, los conceptos, como pregunta al primer plano precisamente sobre las posibilidades del material de referir un proceso creativo vivo y sus significados, bien sean estos correlativos a la persona individual y sus procesos, más que simplemente como un asunto de conocer al auditórium para lograr con este una comunicación más o menos efectiva; aunque tambien.


Si es un material que reviste igual significación para auditóriums disímiles es una conciencia que ha derivado en la multitextualidad etnográfica de hoy, lo que en la Facultad de Antropología en Rice University hemos definido en años recientes como políticas de la recepción (Abdel Hernandez San Juan y George Marcus en la serie teórica oral Etnografias Después de la Etnografia, 1998), según lo cual unos libros y publicaciones las encaminamos a unos lectores y otros hacia otros, considerando de hecho en la definición misma de las obras literarias, en sus resúmenes y sinópsis, tablas de contenido y sample chapters, en su target incluso como objetivación de los lectores en el mercado de lectores, en las ferias de libros académicos de Presses Universities, en los preses y publishers promocionales y en los comerciales. Me refiero a obras de autor a publicar las cuales han de considerar la definición de estos aspectos en el definir de sus propias totalidades literarias, de lo que han de innovar y aportar, en lo que han de ofrecer como su originalidad, la etnografía que se hace inclusiva a ese filosofar y a ese teorizar, a los despejes que con cada obra literaria ofrecemos, desenvolviendo así en cada libro según los confines en que desenvolvemos el estrato, la etnografía de sí mismo y sus horizontes perspectivos, sus lecturas y su alcance, hecho este que diversifica no sólo libros individuales de cada autor, sino que les define según sus auditóriums contextualizados y el modo especifico de promocion para cada libro.
Y todas estas son preguntas que competen y se relacionan directamente a nuestro concepto del estrato. Entre una cosa y otra, la pregunta a propósito de la relevancia heurística, explorativa y experimental que determinados materiales –este libro, por ejemplo, con su amplio campo de alcance a la ves escritural, filosófico-teorico y literario, estilístico, reúnen--, u otros relacionados directamente a los procesos creativos, las vivencias, bien sea por el valor experimental y exploratorio, o por su relevancia y significado como material teorico abstracto efectúa despejes nuevos para horizontes de expectativas hacia esfuerzos empíricos o para una determinadas crítica de la representación. Pero cierto es que sólo el teorizar etnográficamente estos nuestros propios escritos filosóficos, ofrece las diferentes modalidades que en los géneros pueden relacionar el material intelectual con procesos vivenciales y creativos vivos, con una relación de significaciones correlativas de relevancia –respecto a lectores que le suponemos--, también intersubjetiva, sobre todo desde aquel ensayo clásico de Clifford Geertz sobre Los Géneros Confusos y la obvia e inevitable actual refiguración del pensamiento social.


Allí donde, por sobre el resto de las formas de la hermeneusis, preponderan aquellas que versan, en tanto un cúmulo dado de interpretaciones, respecto a una forma que ha sido expuesta a los significados públicos—una obra de arte, por ejemplo, o un artefacto dado, cualquier forma de la cultura material o simbólica--, estimaremos en su escritura, un cúmulo dado provisorio e hipotético de significaciones—, bien sea que estas se desplieguen en la forma del vaivén interpretativo, como merodeos alrededor de una forma o como forma exploratoria–relacionada esta a una experiencia, una imagen, una serie de pasajes de vida, determinados elementos, objetos o palabras los cuales han participado en algún modo, bien sea en el acerbo de experiencias de unos interlocutores dados y supuestos, o bien en un rango mensurable de acertijos que determinados interlocutores sienten, experiencian, experimentan o reconocen relacionados a sus propias corazonadas, intuiciones o acertijos, conforman, en la anticipación literaria de quienes serán los lectores de los libros, la primera y mas superficial forma en que se presenta el estrato a la hermeneusis y en que se le presenta a la escritura misma.


Puede de hecho tratarse de sentidos estratificados que se corresponden con el horizonte motivacional de estos cúmulos de significados provisorios. Allí donde, independientemente de los significados socialmente tipificados que podemos haber asignado a determinadas experiencias o prácticas, los interlocutores supuestos en cuestión encuentran una posición en la cual determinado acerbo de experiencias les resulta correlativamente relevante cuando leen el libro y dado que, en última instancia, como razona Hunger Habermas en sus escritos sobre el enunciado de consenso en la pragmática de la razón comunicativa, todo enunciado hermenéuticamente arreglado entre sujetos racionalmente imbuidos de una práctica en la cual los significados están desde el inicio orientados al entendimiento racional mutuo, el estrato viene a ser el cúmulo de significaciones provisorios que adquieren forma en la superficie del lenguaje.


Aquellas en las cuales y según las cuales estos sujetos se entienden, correlativa es aquí, por supuesto, no sólo la pertinencia—como le remitía Alfred Shurtz--, aunque tambien, sino también la especificidad según la cual estos interlocutores están supuestos literariamente como lectores en la escritura según consideraciones de racionalidad comunicativa cualesquiera que estas sean siempre y cuando contemplen sus propios modos consensuados de mutuo entendimiento y las normativas de racionalidad que a estas formas consensuadas de explicitación le son supuestos.


Filosofando el Research de Campo


Comunicación de Cierre a mis Respectivos Correspondientes


La pregunta a propósito de desde dónde debe la filosofía recibir –salir al encuentro de –desde si misma, las formas que le ofrecen el movimiento a sus conceptos—ha estado relacionada y se ha visto movida por despejes y variables que en la filosofía misma hemos debido preguntar y responder. Nociones que desde los mundos antiguo y clásico—en que la filosofía encontraba con Aristóteles, Kant, Hegel, Heiddenger y otros metafísicos—su idea de continuidad, bien fuere esta—por mediación del espíritu filosófico—supuesta en sus abstracciones—la lógica--, (el correlato de validez para todos los tiempos, la atemporalidad de los aprioris, y la razón, con sus invariantes para todos los seres cualesquiera que hayan sido sus devenires y mundos de la vida, o bien fuere esta el telos, con sus supuestos en una idea de naturaleza humana—el quien con su humanidad—y el espíritu filosófico —por cuya mediación la idea misma de continuidad del espíritu hace posible la permanencia; se han relacionado también, paradójicamente, a rúpturas con la tradición supuestas en el mundo moderno.
Sin embargo, en la filosofía en el siglo XX hemos tenido que efectuar el trabajo de ofrecer continuidad metafísica a estas invariancias de la lógica, de los aprioris de la razón y del telos—con sus correspondencias para el espíritu –actualizando así estos a los nuevos imperativos ontológicos.

Dado que no era concebible imaginar una continuidad que le llegare como por naves extraterrestres desde el espíritu absoluto filosófico de Aristóteles hasta los devenires que se presentaban a ese espíritu en los tiempos modernos, el sólo hecho de abstraer y abstraerse en el espíritu –en conceptos y nociones--, suponía no ya únicamente un desde allá, es decir, su desde allá implícito en el movimiento críptico de la forma del concepto—la antigüedad—hacia un acá, su correlato—, sino a la inversa, también un desde la mismidad reciente, hacia su corroboración en la invariancia, abstrayendo así la mismidad, y filosofándola. Así, los conceptos recibidos, una vez reabstraídos desde el nuevo ontos, y devueltos al movimiento del espíritu filosófico—creaban bastantes más preguntas que las que podían haberse supuesto. La ontología, que debía filosofar el en sí del sí mismo, de la cosa, o del ser, y de su inmanencia para filosofando el ontos, comunicarlo en los conceptos abstraídos con la invariancia de la lógica y el espíritu, no pudo hacer su trabajo sola. De un lado, entre el espíritu más todo lo que en la invariancia le corresponde, y la materia, y entre una y otra, el ser, la ontología, como Filosofía del sí mismo, no puede comunicar la metafísica de la mismidad del espíritu, el ser y la coseidad sin que deba ella misma modificarse.


Cuando la filosofía percibe esto, no ya sólo como una cosa que debe filosofar desde la lógica, sino que debe ella misma discernir para si, se producen en la filosofía varias movidas que la diversifican y pluralizan. Los movimientos de la ontología resultan así, de un lado, en la fenomenología, el modo en que la ontología, otrora momento de la filosofía, deviene ella misma filosofía, siendo así, desde su surgimiento —Hurssel, Hume y Bergson—la forma en que la ontología discierne ambas cosas, la mismidad de la coseidad –del presentarse de la materia—y la mismidad del presentarse del espíritu, en su fenoménico. La relación entre la Filosofía del espíritu y la fenomenología la había discernido Hegel en su lógica y en su estética, pero la fenomenología de Hegel no se había adentrado en la ontología.


La fenomenología es así, independizada, y vuelta ella misma una forma filosófica, aquella a través de la cual la ontología se vuelve una filosofía, deviene así, de un lado, en un tipo de –en tanto propiamente una forma del filosofar abstracto—empiricismo, el cual, sin embargo, no es propiamente empírico. Con este ensayo estoy, de hecho definiendo, proponiendo y ofreciendo, experimentalmente, las alternativas innovadoras según las cuales podemos filosofar y desenvolver estos merodeos—eso que defino como el vaivén de la forma filosófica—y del espíritu en el concepto—en una forma que puedan discernirle a esta ontología filosófica otra, por un lado, en la mismidad del espíritu, el progreso, el desarrollo, la modernización, por otro, en la forma, la tecnología, la reproducción, la comunicación, y por otro, en el ser, los mundos de la ciencia, del arte, de la vida cotidiana y, en definitiva, la secularización, esa que le viene dada a la modernidad a través de las instituciones de la reproducción, la religión, y, finalmente, en la mismidad de la coseidad—la diversificación de la materia y su mismidad, la ontología; que incluye la materialidad, la imagen y los géneros.


Estos fenómenos incidieron directamente en la diversificación de la ontología. Por ejemplo, el positivismo lógico, es la forma de la Filosofía que en los albores del siglo XX se resiste a la ontología llegando a negarla. La nueva Filosofía científica de hoy, no puede ser una ontología, este es el punto en que se para la lógica cuando dice, la lógica no va para allá. Filosofía científica es Filosofía sin ontología. Uno de los más significativos e influyentes filósofos desde la antigüedad, Witthenstein, surge de este despeje. Moviendo cualquier pregunta sobre la ontología hacia la teoría del conocimiento, el lenguaje y el performance, la ontología desaparece en él conocimiento, diluyéndose en una epistemología. A diferencia de la fenomenologia, esta no es una Filosofía empírica. Sabemos que el principal despeje en Witthenstein es aquel entre el conocimiento científico y el ordinario, no para renegar uno por el otro, sino para precisar que son distintos y entre uno y el otro poner a trabajar la Filosofía como una forma entre el filosofar sistémico y aquel otro práctico.


Tampoco para objetar uno con el otro, sino para abrir en sus relaciones, la forma que vendrá a adquirir la nueva Filosofía. Así, su asunto no es entonces el en sí o el si mismo del espíritu absoluto, o la invariancia del espíritu y su continuidad abstraído en el concepto, la mismidad de la cosa y su inmanencia, menos aun su fenomenología, si el conocimiento científico y el ordinario se retroalimentan en el mismo escritor, en el research, el conocimiento científico debe ser una filosofía del campo y la performance. Witthenstein es así, desde mi posición como filosofo, pensador y teórico, el primer teórico del campo y la performance. De ahí las investigaciones filosóficas de Witthenstein y la idea misma de presentar la Filosofía como una investigación; una forma de la investigación. En vez de una materia en el otro lado del espíritu, lo que hay aquí es un intercambio que incluye el intercambio de materia, --la materia es un objeto del intercambio--, el intercambio de materias y el intercambio de ambas cosas representaciones de la materia y formas materiales de las representaciones. Por lo mismo en Witthenstein suponemos una desustancialización de la Filosofía. Si la ontología era el momento en que la Filosofía se ocupaba de la inmanencia, la Filosofía no ontológica debe ser ella misma una Filosofía que desustancialice la inmanencia.


Materia sin sustancia, por lo mismo, es entera desmaterialización, lo cual no es lo mismo que inmaterialización. La materia es sólo un objeto del intercambio que comienza en el lenguaje; el lenguaje mismo no es sino la primera forma de intercambio de la materia; intercambio simbólico, además. La segunda gran negación de la ontología en el siglo XX es el vaciamiento que inicia la lingüística estructural de Ferdinand de Saussure, la cual desustancializa el significante diferenciando a la lengua y al lenguaje, a la lengua y al habla, a la forma acústica y a la gráfica. Así, la invariancia del espíritu es aquí la lengua misma en todas sus formas desde la antigüedad, y no otra cosa, sus modos de efectuación son el significante y el significado.


Pero la teoría de Saussure, que inicia la lingüística y la semiótica, no es en sí una Filosofía, sino una lingüística, correlato de cientificidad para el resto de las humanidades a lo largo del siglo XX. Mientras Wittthenstein no va para allá, el lenguaje deviene y se presenta de varias otras formas para la ontología. Sin embargo, la ontología también puede devenir filosofía si respecto al lenguaje recibe de la filosofía de la naturaleza, (relación naturaleza-lenguaje), y de la Filosofía sobre la naturaleza del lenguaje, los elementos para su filosofar la inmanencia. Este trabajo, sin embargo, no puede ser hecho sin el vaciamiento Saussureano que supone una devolución de la desustancialización al principio natural de la desmaterialización, o lo que es lo mismo un restablecimiento—vaciada la relación de inmanencia entre sustancia, lenguaje y significados—entre las formas del espíritu, las formas de la naturaleza y las formas del lenguaje.


Dos filósofos van a hacer este trabajo en el siglo XX, uno va a comunicar a Hegel –Filosofía del espíritu—y a Heiddenger, Filosofía del ser, según la relación entre naturaleza y lenguaje, que es Derrida. El trabajo que hace Derrida, --sus obras filosóficas--, para la Filosofía toda desde la antigüedad—no es tanto—en mi posición y consideración, el de una deconstrucción--, relacionada en Derrida a una Filosofía crítica, me referiré a ello en otro capitulo, sino el de comunicar y poner a andar en las condiciones actuales la filosofía del espíritu. En su gramatología—y su relación con la escritura, en su colosal y genial comunicación, comunica así el espiritu y al ser, y ofrece la filosofia que puede hablar esa otra relación entre un ontos desustancializado --reencontrado en la relación entre lenguaje y naturaleza, y la gramatología. Los efectos resultantes son de retribución.


Para que la Filosofía del espíritu, del ser y la ontología, puedan filosofarse juntas, la lógica y la ontología deben retribuirse una a otra, y esta retribución es posible en la gramatología. La Filosofía de Jacques Derrida en lo que a su abundancia se refiere, aquello en lo que hecha a moverse a la Filosofía misma es en el desarrollo e imaginación de esas otras formas de la retribución. El otro filosofo moderno que llega hasta aquí es Habermas quien muestra filosóficamente que ese trabajo es un trabajo de comunicación. Abundando todo lo necesario para filosofar el enunciado, los hablantes, el entendimiento, la explicitación, la legibilidad, intra e intercientifica y la racionalidad, científica, comunicativa, intersubjetiva, Habermas desenvuelve las formas en que, siendo un trabajo de comunicación, el espíritu filosófico y de la Filosofía toda continúa relacionando las demás formas, aunque estas se encuentren ellas mismas secularizadas.


Habermas ofrece así el desenvolvimiento filosófico de esta comunicación en el espíritu y la razón también para la Filosofía del arte. Desde la Filosofía de las ciencias y de las formas de la racionalidad, su más original despeje es el de una Filosofía de la praxis vital. Al incluir las posibilidades de la Filosofía de comunicarse en la Filosofía de la praxis vital, desenvuelve los modos en que el espíritu filosófico puede moverse sin dicotomías entre ontología y Filosofía de la praxis vital, que otrora el positivismo lógico contraponía entre una lógica de la práctica versus una espitemología; contrarierdad desde la cual no podía trabajar la Filosofía del espíritu. En la Filosofía del arte y la praxis vital, Habermas ofrece las formas de la racionalidad en que puede trabajar la ontología como filosofía de la praxis vital restableciendo ese lenguaje como una comunicación. Sin embargo, mientras el principio de la relación entre naturaleza y lenguaje en Derrida ofrece en su gramatologia la relación entre lógica y ontología como una de retribución, Habermas comunica el positivismo lógico y la Filosofía del lenguaje, con la hermeneutica, deviniendo en el restablecer de un filosofar que es vital versus transparente-no transparente. Aunque contrapuesta a la historia del arte y por lo mismo a la historia social del arte, Frankford fue la escuela dialéctica, posthegeliana y postmarxista –Adorno, Hoikemer, Walter Benjamin, Lucash, Helbert Marcuse, que ofreció una estética en la Filosofía, lo hizo, sin embargo, como Filosofía crítica y, por lo mismo, como forma romatica y social de la Filosofía.


Frente a ello, Derrida comunica la fenomenología del espiritu de Hegel con la lingüística y la semiología, distanciandose desde el lenguaje. La Escuela de Francfort, por el contrario, se empapa de sociedad. Por otro lado, la escuela de Frankford—supone una idea de Filosofía del ser y metafísica en la que, para que el ser pueda hablar algún lenguaje, para que la Filosofía pueda hablar el lenguaje del arte y el espíritu, omite que el lenguaje está allí.


Como si no estuviera allí el lenguaje resulta en Francfort indiscutido, --incluso en Benjamin--, el cual se trae consigo, y en esas omisiones, toda la vorágine que envuelve a ese lenguaje que si está allí. Sin fenomenología, la ontología no puede trabajar científicamente, ni trabajarlo con una distancia hermeneutica que sea a la vez proliferadora y participativa, pero científica. Para allá en los tiempos modernos la Filosofía no va de cualquier modo, es lo implícito en Derrida quien en su lugar propone restablecer la Filosofía crítica primera, anterior. Habermas viene de Francfort sin ser considerado por muchos de la escuela de Francfort. El concepto Habermasiano que hace esta comunicación es el de praxis vital. Las objeciones marxistas hacia el posmarxismo hegeliano de Frankfurt abundan, sobre todo desde el estructuralismo postmarxista.


Sin embargo, paradójicamente, --Habermas es el único que ofrece una comunicación--, a pesar de la distancia que se le percibe hacia el marxismo hegeliano de Francfort, que sigue siendo la única escuela crítica con una teoría para los fenómenos estéticos, donde se comunican en la Filosofía la dialéctica, la crítica del fetichismo y la mercancía como elementos marxistas. Ahora bien, si la relación entre la invariancia del espíritu en el concepto abstraído como concepto recibido y el concepto devuelto de haber abstraído una ontología, no puede filosofar en la ontología si esta, en la relación entre lenguaje y naturaleza que le comunica en la invariancia, no deviene en gramatología, como muestra Derrida, entonces la Filosofía de la gramatología debe hacer este trabajo en torno al hecho natural per se, en sí. Y este trabajo ha sido hecho en la Filosofía en un solo libro. Ninguna otra obra filosófica desde la antigüedad de la Filosofía, incluso, ninguna otra obra de ese mismo autor, hace ese trabajo y este libro es Las Palabras y las Cosas de Michel Foucault. La filosofia del espíritu, que en Derrida continúa filosofando la invariancia del espiritu y el retorno a este de la ontología abstraida en el concepto, impide esta comunicación directa. Al estar allí el espiritu abstrado en la invariancia del concepto y comunicarse directamente en la ontologia, la filosofia de la gramatología no puede ella misma filosofar el principio natural de la relación entre lenguaje y naturaleza.


Si no es en la filosofia del espiritu y en la filosofia del espiritu en la fenomenología donde puede llebarse a término plenamente esta filosofia de la relación entre la gramatología y la naturaleza sin la no transparencia entre escritura y oralidad propensa en Derrida, menos será posible en el nombrar, en cuyo lugar, siguiendo las formas del despeje entre lengua y habla, significante y significado Saussuriano, Levi Strauss había querido devolver la relación entre lenguaje y naturaleza hacia la antropologia y la cultura. Si en la filosofia del espíritu era posible mantener la filosofia de la nueva ontología respecto a la invariancia del concepto a través de la gramatología Derridaria, por lo menos en Derrida la filosofía del espíritu y la gramatología mantienen a la fenomenologia en relación con la Filosofía de la naturaleza, aunque sin transparencia, y por lo mismo, en la filosofía del lenguaje.


En el nombrar está comunicación será aun menos transparente. Y esta movida que se mueve fuera de los supuestos del nombrar, va a conformar la colosal importancia del libro de Michel Foucault Las Palabras y las Cosas. Había sido Benjamin quien en el nombrar había desarrollado la comunicación de esta relación para la Filosofía, pero la Filosofía de Benjamín sobre la relación entre el lenguaje y la naturaleza en el nombrar, no podía sino desenvolverse como una filosofía de la mimesis y la alteridad en la cual desaparece por completo la posibilidad de una relación directa a la naturaleza. El lenguaje en Benjamín es un fenómeno mnemotécnico, cuya única posibilidad de relación al mundo natural es como imitación a la naturaleza.


Es Foucault quien hace este trabajo de encontrar la naturaleza que la da su configuración al lenguaje y por lo mismo que le despeja fuera de una simple mimesis nemotécnica ante el fenómeno natural directo. Foucault percibe la audacia de Benjamín en torno al principio mimético, pero saca a la mimesis de esa relación sobreañadida, en su lugar la arqueología muestra la otra fenomenología, no importa tanto si la palabra nombra, importa volver a hacer el viaje hacia la palabra y este viaje que debe volver a hacerse hacia la palabra es uno desde la naturaleza misma, en tanto el lenguaje es el mismo naturaleza. Pero la salida de la gramatología hacia la naturaleza no puede ser ya una hacia la que se va, sino una en la que se viene. No se trata así de una relación entre una representación y su reflejo, una representación y su referente, o su objeto representado-.como si el lenguaje mismo fuera sólo una imitación del mundo e incluso una imitación de la naturaleza desde la cual sólo podría serle a la naturaleza—, sino que es en el lenguaje mismo en que debemos efectuar el filosofar de este principio natural. Es Foucault el primero que logra con las palabras y las cosas este ecologismo definitivo y radical.


Foucault lo que hace en su libro es volver a hacer el viaje hacia la palabra, le dice a la palabra en su libro que no tuviera un orden, no le estarían dados ni un eslabonamiento, ni una posibilidad siquiera articuladora, no podría siquiera tener algo antes y algo después, no podría estar antecedida por algo, ni corresponderse a algo. Para llegar en esta Filosofía la naturaleza toda al lenguaje, la Filosofía tiene que volverse ella misma enteramente natural y, por lo mismo, en esa ecología radical, encontrará dificultades respecto a la invariancia del espíritu, es decir, puede mantener la invariancia de todos los demás aspectos respecto a la Filosofía antigua, menos uno, el del espíritu. Derrida es así el único que en la lógica dice, algo en lo cual también estoy de acuerdo, al radicalizarse en Foucault la lógica en la gramatología hacia la naturaleza, la lógica gramatologizada, ecologizada, no puede mantener la invariancia del espíritu desde la antigüedad. Derrida dice no, el espíritu sigue ahí.

[ Images of the Book
Desglose de Obras de Artes Plásticas
- List of Plastic Art Works ]


Notes (1)- No quisiera dejar de ofrecer algunas precisiones respecto a este ensayo El Presentacional Linguistico que titula este pequeño libro. Filosofar el presentacional y la presentación como la forma idónea de desarrollar a la ves una filosofía del media en el mundo desarrollado y en especifico en el mundo anglo de las altas tecnologías en EUA, el internet, la publicidad y los libres mercados en el capitalismo, fue por una decisión filosófica, científica y literaria. De hecho, como sostengo, la filosofía de la presentación no encuentra en las formas abstractas del lenguaje un modo mas preciso a sus especificidades linguisticas, que como se la puede filosofar en las altas tecnologías de la cibernética y la informativa, el internet y la publicidad en tanto son precisamente estas formas de la tecnología aquellas en las que se presentan mas nítidamente las características recursivas y reiterativas propias a los modos tautológicos de toda presentación, de toda forma de la presentacionalidad en el lenguaje, asi como a su ves de la intrínseca relacion que en este libro desarrollo sobre el media y en especifico sobre la relacion entre media y tecnología .


Lo anterior, sin embargo, no significa que el presentacional linguistico y las formas de lenguaje que tienen lugar en la presentacionalidad como modo linguistico tengan que únicamente discutirse respecto a como estos estan dados en medias como los webs, los sitios en internet, el ciber, los productos de belleza en el mercado, la publicidad, los programas televisivos, el diseño de portadas y contraportadas de los libros académicos y comerciales, los librero como formas presentacionales de disponer libros, los catalogos en galerías o museos de las exposiciones en que discutirmos a la ves que disponemos en la forma del presentacional nuestros textos sobre las exposiciones, la moda, los stands, las mercancías, sino que tambien el presentacional en el lenguaje abarca a todas esas formas de la escenificación que como las exposiciones mismas de arte, no son sino ellas mimas tambien presentaciones, ello independientemente de que las presentemos o no desde una presentación otra, en la cual reiteremos su presentacionalidad.


Los films, las obras de teatro, todas estas son tambien formas de la presentación que solo pueden tener lugar en el lenguaje de acuerdo a como desarrollo en este libro la filosofía de lo que defino como el presentacional linguistico. Ahora bien, solo en el desarrollo tecnológico, la presentación a podido arribar plenamente en forma comoda y amplia, abundante y fluida a esos modos en los que la presentacionalidad misma como modo de lenguaje adquiere una coseidad otra, propia, tangible en su materialdad, en su mediaticidad, no solo en la forma de softweres altamente sofisticados en los que los programas de autopresentan, se presentan a si mismos y desenvuelven en modo presentacional todas las formas de su recorrerle y visitarle a grandes velocidades, sino tambien en la facilidad con que se desenvuelve en estas tecnologías la presentación, tanto el ciber como en cualquier otra modalidad de texto-imagen multimedial hiptertextual, e incluso hoy bastante en su fractalidad tecnológica y posibilidades creativas y visuales bastante mas amplias.


Sin considerar por lo mismo estos ambientes tecnológicos, las especificidades linguisticas de la presentacionalidad, —aunque cuando se trata de formas que sabemos solo encuentran lugar en el lenguaje como modalidades de la presentación –resultan altamente imprecisas no solo por sus dificultades para adquirir coseidad mediatica en formas nítidas en los niveles ambos linguistico y grafico en que se les pudiere percibir como presentacionalidades, sino por otras tantas razones. La filosofía de el presentacional linguistico que defino y desarrollo por lo mismo en este libro es ella misma una filosofía metatextual idónea y optima en tanto filosofía de la presentacionalidad en la tecnología y el media, una filosófia sobre esas formas de los recursivos linguisticos y de los reiterativos virtuales –linguisticamente objetivables en los términos en este libro desenvueltos—, que son propios a toda presentacionalidad--, supone asi la objetivación de sus procesos y lenguajes.


Asi, aunque una exposicion de arte consista ella misma en una presentación, lo será en un modo en el cual, cuando preguntemos por ese lenguaje en que se dispone en la presentación, —esta misma no ofrecerá los elementos para que podamos discutir esa presentacionalidad de acuerdo a su coseidad, a su mediaticidad, a su media, en tanto el lenguaje mismo de lo expuesto movería todo hacia otras preguntas. La inmediatez de lo que es presentado, el hecho de que esta frente tuyo sin una forma de la coseidad mediatica y tecnológica otra que le objetive en su presentacionalidad, hace que se vuelva en el lenguaje una forma mucho mas imprecisa para la demostración lingüística. No por gusto las exposiciones son luego vueltas a presentar por los artistas en sus cd rooms multimedias en formas en las que el visitante pueda percibir en un modo mas grafico y visual, – por los modos de recorrer, ir a, moverse por, hacer click sobre esta imagen, o aquel texto, recorrer este o aquel espacio según este o aquel mapa----el hecho inconmensurable de que, aunque no se le perciba en este modo en la inmediatez de su presentación, estas consisten tambien en formas de la presentación.


Desde la filosofía del lenguaje y la lingüística, sin embargo, resulta mas fructífero por las delimitaciones linguisticas y visuales filosofar este asunto en el lenguaje de la tecnología en tanto la tecnología no consiste ella misma en otra cosa que una forma altamente desarrollada de los recursivos linguisticos, supone ella misma es su coseidad y mediaticidad niveles altamente evolucionados de recursividades linguisticas en las cuales se dan precisamente estos modos de lo que esta en un lenguaje que es el lenguaje en que a su ves tiene lugar, y de lo que en el media de esa lenguaje puede estar según las formas en que esta en ese lenguaje; virtualidad que solo la tecnología vuelve ella misma una fenoménica coseificada y visualizada. Como decía al inicio la presentación se define por el hecho de que en el lenguaje no solo referimos o denotamos mundos sino que tambien en el lenguaje simplemente presentamos mundos en relaciones mas inmediataz y directas de pura presentacionalidad. Con este ensayo y en este libro permanezco exclusivamente filosofando el lenguaje cuando se da en su mas completo y puramente nivel de la entera presentacionalidad, quedando asi como fuera de mis propósitos y objetivos en el mismo, fuera por lo mismo de sus delimitaciones y os terrenos de la filosofía del presentacional linguistico que defino, cualesquiera esas otras formas en las que las preguntas por el lenguaje se mueven hacia relaciones denotativas, referenciales, connotativas o de cualquier otro tipo que supongan una relacion entre lenguaje y realidad, bien sea esta a los niveles cognitivos o en los niveles nominales.


Especificamente desenvuelto hacia la tecnología en su relacion con el media, la mediaticidad y la forma mediatica de ese media, hacia las tecnologías del media y de ese media, asi como especificamente desarrollado en la forma de una filosofía del presentacional linguistico y de las figuras que pueden desenvolverse en torno a su fenoménica que desenvuelvo en Teorizando el Media Hoy, El Intersticio, la Intangibilidad, el estrato y el campo, con este libro me muevo solo alrededor de y sobre esas formas de lenguaje que permanencen en las relaciones entre la presentación y la presentacionalidad como estas se objetivan en la metatextualidad de la filosofía de el presentacional linguistico y las formas de sus recursivos tecnológicos. De modo que, bien sea que las preguntas se muevan hacia el concepto de la performance en ingles, que supone a toda actividad humana entendida como la performance humana, —la vida cotidiana mismos como performance—o bien en su contrario se mueven hacia las relaciones dentre el lenguaje y la designación, la nominalidad, la denotación, la referencialidad o la connotación, exceden por completo las delimitaciones de este libro.


No en valde en las ultimas partes de este ensayo hice el esfuerzo por llevar al lector hacia una serie de ejemplos en la lingüística de la frase analizando el presentacional en lo que en las artes plásticas hemos definido como performance, aquello que precisamente he analizado cuando dije que un performance no consiste sino en una reiteración de lo mismo, en una forma de presentación de lo que en si mismo conforma una presentación. Como en el tipo de ejemplos analizados cuando tengo in libro sobre mi escritorio y le digo a la persona que tengo a mi lado redundando en la realidad de que el libro esta sobre la mesa, “Esto que tienes frente tuyo sobre la mesa es un libro”, o cuando se lo muestro y le digo, “esto que te estoy mostrando es un libro”, esta frase es, como las discutidas en el ensayo, rigurosamente, una presentación, un presentaicional, en ella se presenta un libro que esta sobre la mesa, asi si el libro esta sobre la mesa intencionalmente el mismo como una obra de arte u objeto que ha sido dispuesto el mismo como presentación, la frase lingüística no hace sino reiterar que “el libro esta sobre la mesa “en la forma de, “estimado espectador en una galería o museo, esto que esta sobre la mesa es un libro”, o “esto que le estoy mostrando sobre la mesa, se lo estoy mostrando sobre la mesa”, “y es un libro que le estoy mostrando sobre la mesa”, la frase redunda en que ese libro es una presentación, reitera la escena en la que el libro se encuentra iluminado en un ambiente sobre esa mesa.
Lo anterior no significa que no podamos ofrecer determinadas visitaciones fructíferas desde la filosofía de la presentacionalidad y la fenomenología de sus medias y tecnologías hacia ciertas modalidades en las que estan presentes relaciones entre mapas y territorios, o bien relaciones designatorias o nominales de algún tipo, como de hecho lo hice en mis análisis sobre el arte ecológico y el arte tierra, entre otras, estas visitaciones, sin embargo, solo podrán serlo en tanto en las mismas la presentación adquiera una presencia relevante y quedaran por lo mismo sujetas a los imperativos de una lingüística de la presentacionalidad quedando asi el resto de sus riquezas completamente fuera de las delimitaciones de una filosofía del presentacional linguistico y de un filosofar la presentacion, por ejemplo, las relaciones que en esas modalidades puedan darse desde esas formas hacia sus procesos, aunque resulten interesantes, exceden las delimitaciones de este libro, o cualesquiera formas movidas hacia sus niveles referenciales, denotativos, connotativos y nominales, quedan fuera ede las delimitaciones de un filosofar la presentación como lenguaje requiriendo aquellas otro tipo de esfuerzos y por lo mismo, otros tipos de libros en que las preguntas habran de ser efectuadas desde otros lugares de la epistemología.


(2)- El Estrato es aquí el plano sobre el cual se extiende y se abre, se mueven y se relacionan las formas de esa legibilizacion. Digamos, por ejemplo, en la razon misma por la cual inclui este ensayo en este libro, porque el estrato en mis propios terminos. Inicio el libro con El Presentacional Lingüístico porque considero que desde la posición del cuerpo, de este mi cuerpo, con el cual escribo, como en la posición de el cuerpo de cualquier persona que como yo se relaciona con la tecnología de internet o con cualesquiera forma en los mercados, la publicidad y el consumo, la presentacion sera siempre un lugar privilegiado y priorizado. Si no presentamos, si no disponemos algo en la presentacion, luego no podemos ni disfrutarlo, ni valernos de ello, ni beneficiarnos de ello. Siempre, en un nivel relevante, correspondera a la presentacion un lugar significativo para el cuerpo. Quienes disenan los sitios, los webs, los portales, quienes disponen los libros en las librerias, las publicidades de las mercancías en la ciudad, etc.


Sin embargo, cierto es que, cuando simplemente disfrutamos los servicios de esa tecnología, ese internet, esos webs, esos mostradores, esos mercados, esas publicidades, esas presentaciones, poco importa si son presentaciones o no, importaron cuando para estar donde estan tuvieron que se llevadas a la forma presentacional, pero dejaron de importar cuando estamos con el control remoto cambiando de canales, o cuando navegamos por internet, o cuando simplemente sentimos sensualmente en la ciudad la sensorialidad de ese mundo desplegado. En este sentido, podriamos muy bien suponer que podriamos relacionarnos al asunto simplemente desde mi ensayo Teorizando el Media Hoy en tanto aquí el cuerpo esta en la posición simplemente de la vivencia en la continuidad de esos servicios como se dan y como les vienen dados a la sensación, el cibernatura que navega en intenet.


En la relacion entre estas dos formas de relacionarse a un mismo fenómeno, tenemos un asunto de estrato, como lo tenemos cuando volvemos nuevamente a relacionarnos al mismo asunto esta ves desde Lo Intangible, o cuando volvemos nuevamente sobre el asunto esta ves a un nivel puramente abstracto y de filosofia de las formas en El Intersticio o cuando una ves que lo hemos visto desde la presentacion, luego desde el media, el intersticio y lo intangible, cuatro formas que suponen cuatro posiciones distintas de cuerpo, sensación, fenomenica, disfrute, beneficio, percepción, respecto a lo mismo, volvemos luego esta ves desde la espistemologia mas abstracta y cientifica de este libro sobre lo mismo ahora como un asunto de filosofia de la ciencia en Filosofando el Campo.


El disenador que elabora una presentacion, el cibernatura, el televidente, el transeúnte que lee la ciudad, el lector de libros, el consumidor que consume en internet o en los mercados en la ciudad, el comprador de mercancías, el espectador de exposiciones de arte, etc. De modo que, sin necesidad de remitir el estrato a la expresión o a la subyacencia de la expresión, tenemos el estrato en la simple relacion entre distintos modos respecto a un mismo fenómeno, como tambien ocurre entre formas de la literatura. En pocas palabras y en lo que respecta a mi propia definición de estrato, un estrato sera siempre la forma en que objetivamos los planos en una sedimentación dada, lo que hace al estrato, de hecho, propiamente, es el proceso sedimentario. Estamos aquí como desbrosando o levantando si se quiere, los distintos planos de un mismo fenómeno, sus distintos niveles, podriamos decir, las distintas formas en que podemos objetivarle, estamos, de hecho, haciendo legible su forma sedimentaria.


A modo de notas quisiera incluir mis agradecimientos individuales a Vasco Zinetar, agudo fotógrafo venezolano y vicepresidente de el Museo y a Tahia Rivero extraordinaria curadora y presidenta del museo por el haberme dedicado entre 1994 y 1996 a desarrollar el research sobre el tema de el mercado centrando la relación entre el museo de alto arte y los mercados recogida en forma sintética en este breve. Gracias a ambos pude revisar colecciones y catálogos de artes plásticas en varios museos de Caracas alrededor de la visualidad de los mercados en la pintura desde el siglo XV hasta la actualidad como me lo propuse, así como contar como curador en el museo con la posibilidad de visitar los mercados con el apoyo del mismo así como también, a propósito de mi estadía como research asociate en el departamento de antropología de la universidad de rice, ampliar mi motivación hacia el tema de los mercados hacia la escritura y composición de dos obras literarias autorales en las que extiendo el asunto desde la teoría de los mercados hacia las altas tecnologías y los medias en la era de el internet y la publicidad en el mundo de la sociedad anglosajona en EUA en la vida cotidiana The Presentational Linguistic y The Untangible ambos obras literarias de ensayos filosóficos autorales.



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Salvador Bueno and Javier Muguenza, Introduction to Contemporary Sociology, Tecnos, In this volume the two editor collected a series of very interesting essays on the issue of Ethnometodology including articles on Max Weber, Alfred Shurtz, Harold Garfinkel, Junger Habermas and on Symbolic Interaccionism and Ethnometodology in general, Tecnos


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