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Después de la Etnometodología
por Abdel Hernández San Juan
3- El Eclipse de la Evocación.
III
La Crítica Antropológica
El monologo de Eva no sòlo ilustra como ejemplo la crítica,
desde una posición experimental, hacia ciertos conceptos de
la escritura como representación, sino que también ilustra
diferentes problemas que desde el punto de vista de la crítica
son relevantes en lo relativo a la relación entre la escritura
y la experiencia, la escritura y el trabajo de campo, la escritura
y los procesos. En no pocas tendencias dentro del interpretacionismo
se ha creido que el observador, por el simple hecho de estar abierto
a las interpretaciones—es menos un observador no participativo
que en el positivismo--, no dejandose afectar por la inmersión
en la temporalidad. Del mismo modo ocurre con recurrencia en el empiricismo,
en este, el que interpreta no participa en las cosas y no se deja
afectar por la vivencia de estas, pretende encontrar lo dicho en el
hablar, el texto en los procesos, como si estuviera fuera de lo evenencial
y del transcurso del discurrir.
Un pasaje crucial del libro “La Interpretación de las
Culturas” de Clifford Geertz (1973) quisiera analizar en este
sentido para discutir lo que he definido como crítica antropológica.
Discutiendo a Ricoeur en el campo etnográfico Geertz decía
que el etnografo inscribe discursos sociales. El etnografo puede así
estar sólo relacionado a los eventos en la medida en que los
inscribe, qué es entonces lo que la escritura fija y Geertz
respondía, sobre todo en su ensayo Descripción Densa,
la escritura fija no precisamente el evento del habla o el habla mismo
como evento, lo que usualmente entendemos como lo dicho del hablar,
la exteriorización intencional del discurso según la
cual el decir deviene en la enunciación, en el enunciado, es
más el significado del evento del hablar, que el evento en
si mismo, lo que nos importa, (Geertz, “Thic Description”,
1973.
)
Qué hace entonces el etnografo, el etnografo inscribe, observa,
graba y analiza. Estas ideas sobre la memoria que he desarrollado
con el ejemplo de Eva y luego analizado en la forma como Geertz discute
lo que hace el etnografo, podrían remitir la etnografía
hacia los estudios cognitivos, algo que se expresó en un momento
en la problemática misma de si la cultura es pública
o no es pública en la reflexión sobre la lógica,
la cognición, la interpretación o el análisis,
la alusión a la relación entre estas problemáticas
puede continuar siendo de interés para la crítica antropológica
como la he desarrollado, así como para los conceptos que tengo
de etnografía.
Dos aspectos vienen aquí a relucir, por un lado, el hecho de
que también el concepto de evocación ha sido entendido
por algunos en relación al recuerdo. La pregunta acerca de
qué es lo que resulta evocativo la actividad de recordar, nuestra
imagen del individuo que recuerda algo, la idea misma del que está
recordando o aquello que recuerda. La imagen misma que tenemos ante
nosotros, bien sea en una obra literaria, en una persona real que
recuerda algo ante uno, o en una pelicula en la que alguien recuerda
algo, no podría resultar evocativa sin la referencia a la actividad
de recordar, porque es el hombre mismo en relación al tiempo
viendose a sí mismo lo que se vuelve evocativo y lo que hacemos
que entendamos esa imagen como una evocativa. Sin embargo, la evocación
no sólo puede darse en imágenes que se refieren al pasado,
puede haber evocación en imágenes actuales, tanto como
en imágenes que anticipan o imaginan un futuro, real anticipado
o imaginativo, puede darse una imagen evocativa en la alusión
a un mundo real tanto como en la alusión a un mundo artístico.
La evocación no está en el pasado, no está en
el futuro o en el presente, ella parece formada por el eclipse de
estas tres proposiciones en el presente de la imagen.
En la paradoja de Eva creada por Twain se describe un no redordar
si hubo un dia antes de ayer el cual a su vez ofrece la descripcion
de la situación experimental que define el modo en que Eva
escribe, pero debemos apreciar que este tipo de experimentalidad también
podríamos discutirla en torno a conceptos que siempre se nos
plantean –y evoco en este punto a Gadamer con su estética
y hermeneutica—en la relación entre analicidad, crítica,
interpretación y las movidas que tienen lugar desde lo experiencial
hacia la organización del material reunido en el trabajo de
investigación, los conceptos de memoria, atención y
espectación que Geertz discutía como observación
y análisis.
El concepto de evocación como lo he discutido hasta aquí,
así como el concepto de etnografía se diferencia notablemente
y es diferente a toda la tradición que llebó a lo que
fue Writing Culture, y me separan ante aquello posiciones muy diferentes,
pero pueden mencionarse algunos momentos de afinidad, por un lado,
es de notar que si el concepto de texto, textualidad e intertextualidad
efectuó transformaciones importantes en la antropología
fue gracias a aquella movida por medio de la cual Geertz, James Clifford
y George Marcus asimilaron a la antropología la nueva hermeneutica,
cosa que comparto, así como también asumieron en su
momento una noción ampliada del texto que también comparto,
pero si a nivel teórico hubo un despeje que considero realmente
valioso estos fueron aquellos que en Stephen Tyler relacionaron el
concepto de evocación y el concepto de etnografía a
los de ritual y terapia, mientras en James Clifford a las relaciones
entre surrealismo y etnografía, que también comparto
y la noción de experimentalidad que tengo. El concepto de trabajo
de campo a fin de cuentas no es más que, como decía
George en sus inclinaciones hacia la antropología como crítica
cultural, las formas en que hacemos evidente en la escritura la relación
que esta debe mantener al trabajo de campo.
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