Artists Entrance: Five Exhibits at Rice University
Abdel Hernández San Juan
Part 1 / Part 2/ Part
3 / Part 4
Part 2
Para quienes somos además de autores, compositores
y creadores de obras de alto arte literarias de escritura y expositivas
visuales, también espectadores de exposiciones y obras desarrolladas
por otros coetáneos en el campo, el diapasón de alternativas
en que se mueven las escasas incursiones artísticas desarrolladas
a la intemperie, es bastante estrecho. De un lado, la primera y más
extensiva tradición en nuestros acerbos es la de el Land Art
específicamente en sus desarrollos sobre emplazamientos naturales
selectivamente escogidos por el artista, las referencias aquí
van desde las extensas cortinas de tela cruzando el paisaje natural
de Christo, pasando por los kilómetros de líneas sobre
grandes extensiones de tierra desarrollados por Walter de María
o las espirales de Robert Smithson, hasta los troncos de árboles
de Joseph Beuys en Documenta de Kassell. En esta tradición
de Land Art algunas incursiones se mueven desde emplazamientos enteramente
naturales, hacia emplazamientos en los cuales estas formas artísticas
creadas se relacionan a elementos de la arquitectura y la ingieneria
civil, como pueden ser los puentes y museos entelados de Christo,
las incursiones con materiales encontrados y fotografías en
site specifics como aquellas de Gordón Matta Clark en entrespacios
interiores-exteriores como entreescaleras y patios, mientras otras
más centradas en la forma de el elemento artístico en
sí, derivan en formas minimalistas como las planchas metálicas
de Donald Hudd o las formas geométricas de Richard Long, o
aquellas otras sui generéis de Sol le Wit, por citar algunos
ejemplos.
Dada la significancia que adquiere en esta tradición las relaciones
entre la obra de arte definida como el elemento que se inserta y el
ambiente natural o espacio natural o arquitectónico en el cual
aquel elemento se define, dentro de el Land Art las incursiones más
atenidas a una forma cerrada sobre sí misma que lejos de desplegarse
o diseminarse se centra en un volumen autodefinido, la tridimensionalidad
y recorribilidad de este como formas contemplativas, las hemos aceptado
más fácilmente que otras, dentro de nuestras acepciones
técnicas de la escultura. De este modo, el Land Art cuyo surgimiento
como un arte que se movió hacia la intemperie no respondía
en sus inicios tanto a preguntas de la escultura, como a preguntas
por la relación intensa entre conceptualismo y nominalismo,
dialoga y se comunica con esta tradición que en algunos de
sus modos acepta o a la cual según determinados requerimientos
se acoge, la cual viene desde la escultura tradicional hacia la intemperie.
La escultura como técnica tradicional en las bellas artes se
movió hacia la intemperie en formas precisas. O bien se trata
de una obra escultórica que por sus materiales metal o piedra,
por ejemplo, son resistentes a la lluvia, la oxidación y otros
efectos de potencial deterioro, la cual concebida bajo los mismos
parámetros de una escultura para espacios interiores, puede
mostrarse en espacios a la intemperie, o bien, en su reverso, consiste
en una forma escultórica que responde a los parámetros
técnicos autosuficientes de la escultura la cual se adecua
a exigencias ambientales para ser expuesta en modo transitorio o permanente
en estos. La relación entre la forma artística y el
lugar en que esta se sitúa es así considerada como la
relación entre dos cosas distintas la una de la otra, por un
lado el lugar o emplazamiento en que la escultura será expuesta,
por el otro la escultura que en el mismo será expuesta. Esta
última, de hecho, contemple más o menos en su propia
forma las características del lugar, entenderá ese sitio
como el lugar donde la obra de arte, entendida esta última
como la pieza escultórica, será mostrada.
En el Land Art la relación entre la obra de arte como el elemento
novedoso o exterior y el emplazamiento es distinta, incluso allí
donde la obra de Land Art consista en una forma materialmente autotelica,
cerrada sobre sí misma y recorrible, su relación a los
emplazamientos naturales o arquitectónicos, no será
simplemente la de una relación entre la obra de arte, acá,
en un lado, y el lugar en que esta se expone, allá, en el otro
lado, bien para mostrar la obra en aquel, bien simplemente para ambientar
el sitio. Antes bien, el espacio natural o arquitectónico mismo
entra a formar parte como un elemento en la obra de Land Art, tanto
en sus aspectos formales, estéticos y visuales como, sobre
todo, en sus aspectos conceptuales. Una obra de Land Art, de hecho,
consiste en este dialogo entre aquello que define a la obra autoral
como un todo visual, material, estético y conceptual en sí
misma, y aquello que define un emplazamiento natural o arquitectónico
en sí mismo, se trata, en pocas palabras, de obtener una forma
de dialogo en la cual la obra y el lugar quedan relacionados uno al
otro para la ocasión.
Si bien lo anterior pudiera hacer pensar en modalidades del arte pictórico
y escultórico tradicionales concebidos desde el principio para
ser emplazados en la arquitectura, también respecto a esto
el Land Art ofrece respuestas distintas. Por un lado, en la obra de
Land Art, importa que la obra asimile algo relacionado al carácter
que revisten los materiales y espacios en ese emplazamiento, de ahí,
por un lado, la preponderancia que adquieren en este materiales como
la tierra u otros provenientes o relacionados a esta que proveen a
la obra de Land Art en la mayoría de sus modalidades un carácter
esencialmente efímero, es decir, definido por la intangibilidad
y la imperdurabilidad transitoria de una relación y por la
relación misma, más que por su carácter imperecedero.
El carácter efímero de la obra de Land Art, por lo demás,
no sólo se refiere al hecho de que la obra no sea perdurable,
sino sobre todo a la filosofía misma que esta supuesta en el
modo en que el dialogo a que hacíamos referencia adquiere lugar.
Si es una obra de Land Art, en esta aquello que conforma su totalidad
estética, visual y conceptual, estará directamente relacionado
al modo en que el autor ha ofrecido una respuesta al dilema mismo
de la relación visual, estética y ética entre
un elemento inevitablemente exterior, bien sea este insertado y agregado,
o bien sea este, como en no pocas modalidades de Land Art, hallado,
extraído y encontrado en las mismas formas que esa naturaleza
o ese emplazamiento dispone y ofrece. La efimeralidad, por lo mismo,
designa una filosofía estética y ética en cuyo
centro está la relación originaria entre conceptualismo
y nominalismo.
El nominalismo, sin embargo, que consiste en la relación entre
las palabras y las cosas, el lenguaje y su designación de la
realidad, entre el nombrar y aquello que es nombrado, entre el mapa
y el territorio, no es una invención del conceptualismo, proviene
en realidad, en el campo del arte, desde el Ready Made que es una
invención del Dadaísmo, la cual es posteriormente llevada
a una mayor elaboración en el conceptualismo. El Land Art,
en pocas palabras, surge desde el lado más nominalista del
conceptualismo, tornándose independiente y autónomo
dada la relevancia que en este adquiere la salida experimental y exploratoria
de estas preguntas hacia ese mundo presignificado de los emplazamientos
naturales y arquitectónicos, hacia la tierra y hacia los lugares
y sitios, incluyendo, por supuesto, en no pocas modalidades de Land
Art también el conocimiento resultante de esta exploración
de lo nuevo, la espeleología, la arqueología, la búsqueda
o el research que esto supone.
El Arte Povera es así una de las formas que adquiere el Land
Art. Todo lo dicho no es sino la continuidad en un nuevo modo de tres
muestras individuales previas, una centrada en horizontes y posibilidades
de el ready made en su relación con textos en un sentido conceptualista
que titulé Centro de Investigación o Laboratorio del
Alma Externada, vacaciones del 87, la otra, Hacer/Villa Teodora, muestra
de Land Art desarrollada como una muestra de conceptualismo nominalista
en torno a la selección de fragmentos de realidad en la vida
cotidiana y textos a su respecto, expo a la intemperie en relación
a la arquitectura, vacaciones del 89, y la otra Ghatering the Dispersed
Energy mi muestra de carboncillos en Sicardy Gallery en el 96 en Houston.
La obra en cuestión la centre en el tema de los mercados como
su objeto y asunto, esta la concebí y compuse, por un lado,
como una obra que se cierra sobre sí misma, tanto en términos
de su totalidad estética y estilística como física
siendo como pieza a la intemperie contemplable además en la
distancia y desde la altura, una obra efímera de Land Art.
En segundo lugar, como volumen cerrado, recorrible y contemplable
desde sus exteriores y desde la altura, es una escultura, como pieza
penetrable y recorrible por sus interiores, es una obra conceptualista
de environmental art centrada en el espectador quien además
de contemplarla por dentro puede también contemplar desde ella
hacia afuera y a la inversa de afuera hacia adentro percibiéndose
desde los distintos puntos las imágenes semitransparentadas
y siluetas de otros espectadores en su recorrido entrando a formar
parte así los espectadores como imágenes y concepto
en la visualidad de la obra relacionada esta como un todo a la luz
natural ambiental y a la artificial, cuya iluminación en contraste
con la transparencia de su superficie varia a lo largo del día
entre la mañana y la noche. Finalmente, por todo lo anterior,
más otros elementos que veremos a continuación, es una
obra conceptual de procesual art.
Se trata de una obra de artes plásticas en técnicas
mixtas por cuanto si vamos a sus pormenores le incluí, por
un lado, pintura siena en asfalto con diluyente de agua ras y aguaracina
aplicada sobre el plástico transparente, por otro, concebí
la composición del todo estético y visual como un lenguaje
atmosférico basado en el color y las tonalidades así
como traje al primer plano en ella el lenguaje de las texturas de
los materiales. Como parte de esta técnica mixta, la técnica
artística principal que desarrolle en su interior es, como
decía, el ready made, una noción que tampoco deja de
ser signicativa para entender su totalidad esta vez en términos
de su tema, es decir, el hecho de ser una obra sobre los mercados
que se expone fuera de estos, incluyendo imágenes y materiales
algunos de estos adquiridos y reciclados desde los mismos, el mismo
plástico como soporte artístico escogido, es preponderante
en aquellos para guarecerse de la lluvia.
Los ready mades en su interior, sin embargo, son recontextualizaciones
de objetos, materiales y formas traídos a la obra de alto arte
desde otros contextos, siendo así en su conjunto genérico
una escultura artística basada en lenguajes disposicionales
donde la contigüidad de elementos como las repisas, vitrinas
y otros medios presentacionales y propios a la instalación
artística como género, están en el primer plano
incluyendo también textos y fotografías tanto de el
proceso de su creación física, como de el proceso previo
en la cual me inspire relacionado a su tema, mis estudios durante
varios años de la visualidad de los mercados tanto en la pintura
desde el siglo XV, colecciones de museos de bellas arte como en la
contemporaneidad comercial de estos, tratándose así
en resumen de una obra efímera de Land Art, Escultórica,
Instalativa y Performatica en técnicas mixtas. Dada la relevancia
en ella de los materiales, sus semánticas, sus tramas y sus
texturas, la relación que conecta Tapies, Beuys, Kieffer y
Segal, es determinante como perspectiva desde la cual la compuse y
aborde el asunto. Es, sin embargo, como se hace explícito para
cualquier lector o espectador visualmente informado, una obra, como
mis muestras anteriores, también innovativa, renovadora y original
respecto a esa tradición la cual continúa y en la cual
se inserta. Obra de arte conceptual su peculiaridad respecto a mis
obras anteriores, contemplando aquí únicamente exposiciones
individuales solo, estriba en dos aspectos, por un lado, su carácter
de obra temática. En el mismo modo en que podemos crear una
obra cuando el tema ha sido el hombre, la ecología, la naturaleza,
la ciudad, o cualquier otro tema tipificable, se trata de una obra
temática cuyo tema fue el mercado.
Por otro lado, mientras en las dos exposiciones conceptuales anteriores
88, 89 hubo un cierto paralelismo visual que diferenciaba obras rigurosamente
conceptuales de otras propiamente dibujisticas y pictóricas
más transvanguardistas e inconoclasticas en sus aspectos pictóricos,
con The Market from Here visual y estéticamente sinteticé
aspectos relevantes de mi estilo plástico individual en su
conjunto, tratados desde una obra de arte conceptual plena. Sobre
la legacía en mi de Joseph Beuys se ha hablado en publicaciones
lo cual se hace notable en la preponderancia a la noción de
Energy en los mapas sensoriales de carboncillo, noción que
Beuys priorizó en sus lectures y escrituras. Esta noción
continua siendo relevante en The Market from Here dado la preponderancia
que doy a los materiales en ella.
(The Market from Here, close
up, 1997 (c) Abdel Hernández)
Cuando recorremos los rededores de las facultades de arte, por un
lado, y de humanidades y ciencias sociales, por el otro, situados
en el sculpture court en Rice University en el back yard de el Sewall
Hall Building, no tenemos más que avanzar un poco entre árboles
y naturaleza, alguna que otra ardilla que pasa en nuestro torno, sobre
la acera de la calle principal, interna al campus, puede verse extender
una amplia área bajo el cielo definida por aproximadamente
cincuenta metros de largo y treinta de ancho, sobre la que diferentes
colegas en el campus se paran a distintas horas del día, es
un área fresca, perfecta para tomar un descanso y relajarse
disfrutando la naturaleza o mirando desde una especie de balcóni
o terraza desde la cual se percibe, hacia abajo, a unos siete metros
por debajo del ground, el patio en que regularmente se exponen las
esculturas a mediana y gran escala resultantes de los talleres de
escultura cuyas puertas dan precisamente a ese patio, son los patios
colindantes en que desemboca el studio del escultor angloafricano
y afroamericano el texano Berg Long.
Hemos descendido la escalera. Tenemos varias posibilidades. Si nos
paramos desde el estudio de Berg Long podemos verla desde su entrada,
la tenemos apenas a unos pocos metros a nuestra misma altura, podemos
salir desde aquí y quedarnos recorriéndola desde sus
afueras. Podemos también, cuando así lo deseemos, volver
a subir las escaleras para percibirla desde la altura retornando a
la terraza desde la cual los colegas en el campus hacen su descanso.
A primera impresión se trata de una forma tridimensional de
gran escala 9 metros de largo por 9 metros de ancho y 6 metros de
puntal, la cual he hecho en un plástico duro pintado en caoba,
siena oscuro. Si nos acercamos a ella recorriéndola desde su
altura, percibimos que el color que hemos visto sobre la superficie
externa, ese caoba oscuro, no impide que la transparencia del plástico
sobre el cual está pintado, pueda percibirse en su través
y entreverarse tamizado, dilucidándose desde el mismo las formas
que se encuentran en el interior de esta forma tridimensional a la
cual podemos desde este mismo rededor percibirle nítidamente
su techo a dos aguas, su piso en tablas antiguas gastadas levantado
a cincuenta centímetros, y su extensa superficie de plástico
que ofrece las paredes a esa forma revestida.
Situados desde la terraza en la altura donde el aire libre se le hace
más obvio y explícito podemos percibir en planta que
su forma general de casa o tridimensión arquitectónica
a dos aguas, describe una forma cruciforme que sugiere los recorridos
de caminos por los mercados.
Estamos listos para entrar llegándole desde el studio de Berg
Long mientras percibimos que algunos espectadores han levantado por
su lado frontal el plástico y se han decidido también
a subir y entrar. Recién hemos entrado y nos percibimos situados
en una especie de vestíbulo, pequeña habitación
o cubículo de metro y medio por metro y medio cerrado sobre
sí mismo el cual he concebido, compuesto y realizado siguiendo
mi propio criterio de dar continuidad al mismo material, el plástico
caoba que llegando desde los exteriores que le revisten le he hecho
aquí darse vueltas y entrar ahora plegado para definir como
si fuera una parte suya o de su afuera que dobla formando este primer
adentro, esta especie de vestíbulo, de antesala, de prólogo,
de introducción o prefacio que conceptual, plástica
y visualmente le he concebido a su comienzo y al conjunto de su estructura
como obra.
En esta habitación puedo leer sobre las paredes caobas e impreso
sobre acetato transparente un breve y fluido ensayo, de mi propia
autoría y composición, sobre la representación
de los mercados desde el siglo XV en la pintura, desde ingleses y
holandeses que pudieron dibujarle, hasta las imágenes de la
placita dominical dadas en pintorescas expresiones costumbristas.
Mientras leo mi propio ensayo, espectadores a mi lado hacen lo mismo
y puedo percibir que mientras leen disfrutan las imágenes con
que le he ilustrado consistentes en fotografías de los mercados
así como en fotografías por dentro de la misma obra
vacía que en minutos habrá de recorrer llena. La escritura
avanza en desarrollos sobre el punto de vista en los mercados durante
los mundos clásico, moderno y postmoderno, y mientras el espectador
abandona el recinto las impresiones del piso sobre el cual camina
es inmediata. Ya desde el vestíbulo, este piso gastado en viejas
maderas ondulea echado en antiguas tablas en cuya madera podemos percibir
las capas de sus pinturas otrora y la sobreposición de sus
capas posteriores, estas están echadas y montadas sobre una
estructura que he decidido recubrir con listones de madera sobre los
cuales he decidido grapar los cientos de bobinas de plástico
que pinte en sepia envolviendo así y recubriendo completamente
a esa estructura, consiguiendo así sus paredes y techo.
Alrededor de estos listones de madera sobre los cuales adhiero el
plástico precillandolo envuelvo por dentro y por fuera a aquella
estructura modular montable y desmontable que hace de andamiaje. Dejando
el vestíbulo, primer elemento plástico, visual y conceptual
de su estructura, percibimos la totalidad de la obra como la he compuesto.
Una variedad rica en matices de sacos plásticos que he encontrado
en los mercados me han permitido a lo largo de la obra experimentar
con la visualidad de la trama, la urdimbre y otras formas de la texere
que me ofrece la relación entre la gestualidad y el color de
estos materiales en su relación con la luz desplegándolo
encima del plástico transparente. Avanzando entre estos espacios
entreverados percibimos que el recorrido de los espectadores, uno
mismo, cualquier uno, el espectador que tiene a su lado, o cualquiera
otro que desde un punto de la obra puede verse semintrasparentado
o en siluetas también la recorre, bien podría ser aquel
mismo tipo de recorridos que define la relación adentro-afuera,
entre el comprador y el vendedor, como cuando caminamos por los mercados.
También percibimos la forma en que la luz natural entra tamizada
por entre la transparencia asepiada o caobizada de el plástico
que le reviste, en ocasiones entreverándose en el paso por
la textura o trama de una variedad de sacos plásticos, yute,
o materiales encontrados, ofreciendo a la obra sus atmósferas
a la vez que percibir a su través hacia fuera la naturaleza
cuyo verdor participa ofreciéndole a los inventarios de objetos,
los respiseros, las habitaciones y los ambientes su trasfondo visual.
Es el modo en que he experimentado en la obra las posibilidades que
ofrece la relación entre la luz, la trama y la textura de una
rica variedad de elementos recogidos en los mercados y la atmósfera,
ambiente y gama en tonos, valores y colores que definen la belleza
desconcertante de esta obra.
Estas paredes y techo a dos aguas caobas las he pintado en el suelo
sobre grandes bobinas de plástico. También la fotografía
la he tratado en forma tamizada en el transcurso de la obra, colocándola
en varias de sus partes por detrás del plástico asepiado
de modo de ser percibidas en formas traslucidas, como detrás
de la materia. A este juego con los efectos visuales entreverados
de la percepción sensible tamizada propia a la semitransparencia
en su relación con la luz natural, las texturalidades matericas
y las fotografías por detrás con las cuales evoco poetizados
la visualidad de los mercados, le he concebido además una extensión
del vestíbulo desde cuyas paredes el mismo plástico
continua deviniendo en una superficie que se libera en el interior
de la obra de cualquier funcionalidad, o de aquella a que estuviere
antes supeditada, el hacer de paredes y techo, deviniendo aquí
en elemento diseminado en el que este momento de ver fotografías
tras el plástico materico, se libera como algo a ser contemplado
en sí.
La experimentación conceptualista con el espectador como concepto
e imagen en el arte, estuvo en el primer plano de mi atención
determinando mis decisiones composicionales y autorales respecto al
todo estético, formal, visual y conceptual de la obra en su
conjunto. Esta la he definido en su conjunto como un recorrido o circuito
con entrada y salida el cual se caracteriza por, en el mismo modo
que en los mercados, espacios y pacillos por los cuales se transita
observando las mercancías, los cuales son adentros para los
compradores, --pacillos por los que caminan, aquí circuito,
itinerario, camino de los espectadores--, y afueras para los vendedores,
es decir, espacios en los cuales se exponen, presentan y publicitan
las mercancías y productos, aquí objetos de arte que
los espectadores van viendo en su recorrido los cuales a su vez evocan
y recrean en tanto objetos o elementos cual mercancías, los
productos como se van viendo y percibiendo en los mercados.
Así, el espectador está a su vez caminando por dentro
de algo que en su conjunto es una gran obra de alto arte la cual a
su vez en su todo evoca los mercados que tematiza y recrea, su tema,
objeto de estudio e inspiración. Esta vez decidimos dejar una
visión tan de conjunto a la obra con su entrada y salida para
mirarla por dentro y entender la visualidad de sus partes.
Las impresiones del sonido y la música, sin embargo, no podemos
eludirlas, no dejan de ser inmediatas desde el vestíbulo, se
trata de sonidos que he decidido escoger grabados en los mercados,
como fragmentos experimentales-sonoros, desde campanitas hasta las
voces lejanas de los pregoneros ofreciendo sus mercancías,
las cuales se escuchan entre deliciosos inciensos y exquisitos perfumados
olores de plantas verdes que aromatizan el conjunto, riquezas aromáticas
propias al mundo de las hierbas y extractos de aromas naturales y
sonidos que ofrecen al ambiente de la obra su armonía continua.
No se trata solo, entendemos entonces, de un circuito con entrada
y salida que como en los mercados que son aquí entrada y salida
a la obra de arte penetrable por el espectador, sino que además
ese circuito consiste en un gran ambiente conformado por habitaciones
que pueden percibirse unas desde las otras, pero a las cuales se puede
entrar y cada una de las cuales, aunque armonizadas en color, tonos
e iluminación por el conjunto tamizado de plástico que
las envuelves, se distinguen una de otras por el tipo de materiales,
colores, ambientes y visualidades.
En la misma forma en que con el plástico sepia transparente
con su forma de entreverar ambientalmente la luz natural hacia sus
espacios interiores he dado a la obra ese efecto tamizado y traslucido
de generalidad, los espacios recorribles en la misma los he trabajado
tamizando la percepción mediante plásticos trasparentes
y una variedad de elementos que he decidido pender en el espacio como
inventarios de antiguos y cotidianos pequeños objetos encontrados
con los cuales he acentuado mi composición. Desde la entrada
de la obra mirando hacia el fondo podemos percibir que las paredes
sepia transparentes de fondo forman una habitación la cual
concebí, compuse e hice colocándole vitrinas transparentes
las cuales también realice en plástico y en las cuales
se pueden leer textos míos en la proporción de muy breves
párrafos sobre los conceptos de evocación y representación,
un muestrario de fotografías que he intercalado incluyendo
fotografías de los mercados, fotografías de mi mismo
escribiendo dentro de la obra durante el proceso en que la realizaba
y fotografías de mi allá en los mercados desarrolladas
sólo o intercambiando con los vendedores.
Se trata de un laboratorio de fotografía que incluye una tendedera
en la cual varias de estas mismas fotografías se están
secando con un escritorio y una maqueta de la obra en su conjunto,
una repisa negra de madera que hice en la cual he decidido situar
tubos de cartón desde los cuales los espectadores pueden volver
a mirar hacia distintos puntos como acentos en la obra y un inventario
de objetos ópticos como anteojos, espejuelos, lentes, lupas,
cristales de aumento.
Hasta aquí hemos entendido como es la obra en su conjunto,
1- recorrido de un espectador de arte que transcurre como si fuera
un recorrido por los mercados, (el vendedor con su adentro y el comprador
con su recorrido que es para él su adentro y para el vendedor
su afuera), 2- un espectador que va viendo objetos de arte dentro
de una obra de alto arte como si fuera viendo mercancías en
un mercado, gramaticalidad regida por principios disposicionales de
distribucionalidad y presentacionalidad, contigüidad, inventario
y mostrabilidad, en una especie de como si fuera o estuviera a la
venta, cual mercancías. 3- un espectador que recorre un ambiente
el cual lo envuelve en su conjunto y lo contempla como imagen, (participación
continua de la imagen visual de otros espectadores semitransparentados
y mutuamente observables desde distintos puntos de vista en la obra).
Hemos entendido que la obra tiene un vestíbulo hecho con y
de la misma materialidad que la recubre, material que dobla o se pliegua
conformando este primer adentro del afuera o afuera del adentro, esta
pequeña primera habitación que todavía no es
ni adentro ni afuera de la obra pero que la vestíbula, le ofrece
su interludio, su interin, su antesala, su comienzo antes del comienzo
el cual es ya un comienzo del circuito con mi ensayo filosófico
ilustrado.
Hemos entendido también que mirando desde la entrada hacia
el fondo, la obra dispone una habitación autorreferencial en
la que todos los elementos remiten a ella misma como obra, habitación
tautológico-conceptual-autorreferencial en que la obra mira
hacia sí misma, versa respecto a ella misma, tautología
conceptual hacia el conjunto de una obra cada uno de cuyos mas diminutos
elementos, como acabamos de ver, es a su vez tautológico conceptual,
lugar de autoconceptualidad y autoconciencia. Volvamos por un momento
de nuevo a la terraza para completar la comprensión de su conjunto.
Después de hacer un interin con el amigo Berg Long subimos
las escaleras y nos decidimos a percibirla de nuevo desde arriba donde
los colegas hacen su descanso en el día, pero esta vez en la
noche. Al percibirla desde arriba y afuera en la noche la obra está
enteramente iluminada desde adentro y percibimos como todos los inventarios
de elementos y objetos que están en su interior, se traslucen
sobre su superficie plástica semitransparente y materica formando
situetas en contraste con la luz.
Ahora la obra, que en su visual desde arriba durante el día,
como en toda obra de Land art, se despliega como una intervención
de arte ecológico en relación al clímax y la
naturaleza, ese plástico que recubre y envuelve la estructura
ha comenzado a ser bañado por la lluvia durante el mes de exhibición
participando como acaecer en la belleza desconcertante de su conjunto,
es ese sepia que ha comenzado a chorrear y a desteñir diluido
por el agua sobre el plástico como si lo curtiera con los efectos
lluviosos del tiempo natural, o como si fueran los ojos delineados
de una atractiva y bella mujer que destiñen al final del día,
(por valerme de dos referencias que ayuden a entender), parece también,
además, una de esas lámparas que uno usa para leer libros
en la habitación nocturna, algo que simplemente se pone a la
corriente y se prende en luz, solo en mi cama leyendo mientras te
espero, mi lámpara de lecturas parece una de esas cuyas luces
y sombras se proyectan sobre sus paredes.
Quedan por entender cuatro lugares, dos de ellos son pacillos, aquel
de su entrada y aquel de su salida, los otros dos son habitaciones,
en estas dos últimas evoco el cuerpo. Así, además
de entrada y salida, en una de las habitaciones se trata de un cuerpo
vegetariano, aquel de hierbas, ungüentos, cremas, pomadas, lociones
de untar, estractos visuales y aromáticos, remedios caseros
y los ambientes propios a sus vendedores, en la otra, estamos frente
a un cuerpo urbano, plástico, de objetos desechables que se
remplazan, definido por gangarreas, adornos, cosas que acompañan
su vistosidad y modo de lucir, manillas, evillas, en tanto entrada
y salida, evocan, la primera, un cuerpo que vive, que bien pudiera
vivir donde mismo vende, ese de merolicos o buhoneros, la otra, un
cuerpo móvil y de fiesta, confetis, alegría, celebración,
el cuerpo de un vendedor que se mueve, carretilleros, vendedores de
chicha, aquellos que van a donde está la gente.
En este modo, mientras en su conjunto, dado la preponderancia del
plástico como material para guarecerse de la lluvia en los
mercados, la obra evoca mercados que llegan y se van pero pueden permanecer
en relación al climax, la lluvia y el medioambiente prolongadamente
en un sitio, en su salida la obra evoca a un vendedor que sugiere
la diseminación de los mercados, es ese que puedes escuchar
por la ventana de tu misma casa, se acerca vendiendo cualquier cosa.
Mirándola desde el vestíbulo se extienden en la obra
bolsas plásticas transparentes de ropa reciclada, un ático
de materiales no utilizados hace entretecho desde cuya forma penden
como ambiente general desarrollos en móviles que a su largo,
como mecatillos formando líneas separadas unas de otras, estas
parecen cortinas de objetos encontrados y plásticos transparentes
que entreveran la percepción todo el tiempo en la obra.
A lo largo de este ambiente se desarrolla como en las guías
textuales de museografía de salas, un circuito de impecables
textos en blanco sobre negro en tipografía computarizada, este
es el mismo leído en el vestíbulo fragmentado entonces
en muchos breves texticos, distribuidos estos en su relación
a la imagen visual en distintos puntos que he escogido en mi obra.
Como tridimensión ambiental penetrable, aspectos estéticos
relevantes de instalación y arquitectura son inclusivos en
mi obra. También decidí respecto a su horizonte temático,
acentuar algunos puntos con un criterio de dramatización de
la luz para lo cual solicite asistencia escenográfica acentuando
donde decidí pequeños sets, aquellos en los que la alusión
visual y sensorial a mundos de la vida cotidiana en los mercados es
más explícita. Como mi composición autoral la
obra incluye desde mi punto de vista filosófico y en las altas
artes plásticas, aspectos de relación interdisciplinaria
con antropología y etnografía.
Esta relación interdisciplinaria adquiere en la pieza tres
formas principales. Primero, al ser en su conjunto una obra en la
que prepondera el ready made, he puesto con ella en el primer plano
la relación conceptual nominalista del ready made moviendo
esta relación hacia nuevas posibilidades innovativas, renovadoras
y originales tanto hacia esta misma tradición conceptual-nominalista
en el arte, como hacia la antropología.
Por un lado es de subrayar el texto que se lee en el vestíbulo
y a lo largo del recorrido por lo que en el mismo me relaciona a mí
y a mi obra de arte acá, en la materialidad artística
de mi pieza autoral, en relación a los mercados allá,
en los que estuve y ya no estoy, los cuales evoco más que denoto,
refiero o represento, en los cuales, sin embargo, paradójicamente,
no deja uno nunca de estar, paradoja que en la obra traigo al primer
plano como una propia a la relación mercado de acá,
este, el mercado del arte, y mercado de allá, aquel, son dos?,
son varios mercados? o es uno y el mismo mercado?, abriendo así
la pregunta filosófica por el punto de vista en los mercados
y definiendo esta relación, que es un research continuo, como
trabajo de campo. Por otro lado es de subrayar como en este ensayo
filosófico-poético que los espectadores pueden leer
en el vestíbulo, he experimentado y explorado literariamente
la relación entre el filosofar como literatura poetizada y
un filosofar etnográfico sobre el punto de vista en los mercados
jugando conceptualmente con los deixticales Here and there inspirado
en el uso literario de estos deixticales por Geertz, sus ensayos Being
Here and Being There, texto luego fragmentado como desarrollo textual
a lo largo de su circuito con entrada y salida.
También ha de considerarse la inclusión de fotografías
que me incluyen en la escritura y los mercados lo cual me ha llevado
en la obra a acentuar la relación entre mi propia performance
y la performatividad de experimentar alternativas a la representación
en base a un research real en los mercados evocados en la relación
here, la obra, and there, los mercados a ciento de kilómetros
de distancia, relación here and there filosóficamente
poetizada. Finalmente es de subrayar como en el tratarse de una obra
de alto arte que en su conjunto es una experimentación con
el ready made he decido acentuar con ella la relación conceptual-nominalista
entre el ready made y el ejercicio el critico del nombrar, nombrándola
como lo que es, una obra de alto arte conceptual en su primera presentación
en Caracas 1996, nombrando a esa obra de alto arte la cual es ella
misma como arte un ready made de ready mades, antropología
y etnografía desarrollada en el display de alto arte cuando
la presente en Houston, Rice University, experimentación recibida
con máximo éxito en el arte donde tan acostumbrados
estamos al nominalismo, la venta de tierra en el mercado bursátil
declarada como arte siendo una simple actividad diluida en el mercado
bursátil, es aquí la referencia, como se hace explicito
en las brillantes palabras de Patricia Johnson 97, Donald Calledare
97, Terrell James, 2000 y antes Tomas McEvilley en su conferencia
magistral en el media center 97 o en art in america 98.
Si bien después de mi presentación en Houston para mis
posteriores y actuales presentaciones de la obra y su documentación
he continuado el modo incursionado en el 96 con su carácter
de obra de alto arte en el primer plano y cierto es que no he vuelto
y me he negado a continuar la exploración hacia antropología
como algo a ser emprendido con esta pieza especifica, es preciso decir
que la referencia experimental desde mi posición en el alto
arte con esta obra para el juego contextualización-descontextualización
que incursione en Houston es Lyotard, leer mi ensayo a Propósito
de los Inmateriales: Lyotard en el Pompidue, en tanto las
referencias en antropología son las palabras de Stephen A Tyler
deconstruyendo cualquier inmanencia a la etnografía declarando
a la etnografía posmoderna arte, ritual y terapia a quien para
la presentación en Houston, cite en uno de sus párrafos
cuando habla de la evocación.
Y así
Cientos de metros de bobina plástica transparente
Cinco cuartillas de fluido ensayo filosófico y poético
Cien fragmentos de este ensayo
Libros
Un Escritorio
Una maqueta
Díez fotografías de mi mismo
Cincuenta tablitas para colocar el ensayo fragmentado
Cincuenta impresiones en computadora blanco sobre negro de estos fragmentos
Dies impresiones de computadora en acetato transparente
Quinientos sacos plásticos y de yute con tramas varias
Cincuenta kilos de listones de Madera
Trescientas resmas de plástico transparente
Cinco kilos de Asfalto diluido
Ciento cincuenta libras de ropa usada reciclada
Ciento cincuenta tablas antiguas gastadas
Juguetes plásticos
Siete respisas de madera reciclada
Cien diminutos objetos encontrados
Cinco tapes recorders de sonidos grabados, escogidos y reeditados
Cinco mil precillas para envolver el andamio con la estructura artística
Treinta pedazos de cajas de cartón corrugado
Cien tipos de hierbas aromáticas
Un sistema eléctrico de iluminación
Cincuenta objeto ópticos
Cien fotografías de los mercados
Díez fotografías de la obra montada
Díez fotografías de la obra desmontada
Díez fotografías de la obra en proceso de realización
y montaje
Ciento cincuenta pecatillos para pender
Cien pequeños objetos oxidados
Cien frasquitos de cristal
Cincuenta botellas
Dies bombillos
Cincuenta moldes de figuras blancas pre-echas luego coloreadas
Cien objetos plásticos para el cuerpo
Confeti
Dies Telmos
Tres o cuatro tambuches
Jesús Cristo
La virgen María
La virgen de coromoto
Maria Teresa de Calcuta
Negro primero
Cien estampillas
Una carretilla
Una talla en madera
Un carapacho de cachicamo
Un poco de Chimo, estracto de tabaco
Un Catre viejo
Un Coche viejo reciclado
Cien ganchitos de alambre para pender cosas
Cincuenta bolsas plásticas de compra en el mercado
Blumers
Cincuenta unas postizas pintadas
Una Guira
Collares de colores.
Un Gayo vivo
Un andamio
Para enfatizar la vida cotidiana en su espontáneo transcurrir
y rituales, he creado además una gramaticalidad visual que
hace vocabulario a lo largo de la obra, una serie de elementos u objetos
que pudieran estar donde les percibimos como si alguna persona en
el mercado les hubiere dejado hace poco tiempo en este lugar y estuviere
por recogerlo como javitas plásticas atadas o ganchitos desde
los cuales poder penderte con cualquier objeto que necesitas se sostenga.
Instalación experimental y ambiental de alto arte contemporáneo
no deja de producir la impresión de poder ser lugar habitado,
museo de antropología o etnografía, anticuario o lugar
donde se recolectan o disponen reliquias, capilla de iglesia, bien
lo que es, una obra de arte actual y moderno sobre el mercado, uno
de esos mercados que se despliegan al aire libre, su verdadero tema.
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